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Ambos chicos se encontraban frente a esa casa hogar, mauro se encontraba con la felicidad al tope, mientras matias se encontraba pensado que era una locura absoluta.

Él pelinegro no podía evitar pensar que mauro tal vez si se había drogado o que estaba exorcizado o algo así por el estilo, aun no procesaba el hecho de que su mejor amigo quisiese una familia de un día al otro.

— ¿mauro, tú..— Fue interrumpido por la alegre voz de mauro

—Si, matias, ya lo has preguntado cuatro veces de camino aquí, no cambiaré de opinión — vaciló mauro dándole un pequeño golpe en el hombro

Debía confesar que tenia un poco de esperanzas a que mauro se diera la vuelta y dijera que ya no lo haría, pero su amigo parecía bastante decidido y debía aceptarlo.

Ambos chicos entraron a ese lugar, había cosas de muchos colores parecía como si un maldito unicornio hubiera vomitado de tanta brillantina en algunos de los dibujos que había pegados en el lugar.

El lugar parecía ser muy limpio cosa que resultaba sorprendente, parecía como si fuese un consultorio médico.

—¡Mati, mira este dibujo!— hablo el pelo blanco feliz, el mayor giro su rostro y miró a lo lejos a su amigo quien miraba y apuntaba un dibujo, ni siquiera había notado que se había ido de su lado.

camino a donde estaba su amigo y al llegar donde él miro el dibujo, era un perro hecho de brillantina, pero ese perro tenia parecido all perro de su padre.

— Se parece manchas — Se burló mauro

—¿Desde cuando los perros son de brillantina morada? — Preguntó matias concentrado mirando el dibujo, mauro levanto los hombros

— Para marisol todo es de brillantina — La voz firme de una mujer hizo que dieran un brinco, ella sonrió cuándo ambos chicos la miraron

— santa madre...— Susurro Matías mirando a la chica, mauro le dio un codazo en la costilla a lo que Matías se quejó sin bajar la sonrisa que le había dado a la chica, la chica frente a ellos sonrió, la chica vestía muy elegante.

Matías pensaba que se miraba sexy.

— ¿Vienen adoptar?—Preguntó con una alegría muy notoria.

Matías proceso sus palabras "Vienen" ¿a que se refería con eso?, mauro era el que adoptaría, no el, solo mauro, el solito y ya esta.

Estaba dispuesto a corregirla, pero su amigo habló antes.

—¡Si! —Dijo mauro con la misma alegría que ella, matias solo le miro, dio una sonrisa ladina y dejo pasar todo.

La chica frente a ellos dio un gritillo bastante agudo, haciéndole perder su encanto a los ojos de Matías, él odiaba cuando las chicas hacían ese grito, no lo soportaba, no soportaba a las personas ruidosas.

Aunque muy bien soportaba a mauro y él era muy ruidoso, pero él era un caso diferente, se había acostumbrado a él.

—Siganme, llevamos una semana sin recibir a nadie que estén aquí nos emociona bastante, me emociona bastante!—Dijo la chica comenzando a caminar y hablar muy rápido, y a mover sus manos rápido.

Ambos chicos se miraron y comenzaron a seguir a la chica, tratando de seguir su paso.

La chica los llevó directo a una oficina donde los hizo pasar y sentarse frente a el escritorio, para después sentarse en la silla negra de enfrente.

—bien, soy Angela seré la que les ayude con su proceso de adopción, como supongo que leyeron el folleto solo damos la adopción a parejas casadas, supongo que están casados ya y por eso han vendido — dijo con una felicidad.

Mati, ayudame a adoptar - litcko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora