Al parecer las cosas para mauro estaban resultando aunque no tan excelentes. Debía casarse con su mejor amigo gracias a una mentirilla piadosa que le había dicho a la chica del registro de adopción.
— ¿según tú podemos casarnos sin ocupar alguno de nuestros documentos?— pregunto Matías al chico frente a él quien miraba su teléfono buscando información.
para felicidad de mauro su amigo había aceptado casarse con él, claro, después de una discusión por segunda vez frente a la mesera, al ojiverde le resultó extraño que este mismo no le haya pedido alguna cosa a cambio de ayudarle con su mentira para poder adoptar.
—si, aquí lo dice, solo necesitamos ser mayores de edad, no creo que eso sea problema, ya somos mayores — respondió mauro levantando la mirada y encontrándose con la mirada de Matías , este último aparto la mirada y tomo de su bebida tratando de evitar cualquier choque de miradas con el menor.
Ambos chicos no podían evitar sentir algo de vergüenza, imaginarse casados les resultaba incomodo.
Más a Matías, estaba sintiendo algo extraño cada vez que imaginaba alguna escena de ellos dos como una pareja, le causaba una sensación difícil de describir.
—bien—Matías hizo una pausa regresando su mirada a mauro e ignorando el sentimiento de incomodidad que había en él — hay que hacerlo..— susurro por último para levantarse de la silla y caminar a la salida de ese pequeño restaurante.
Mauro miro como su mejor amigo salia del lugar dejandole a él ahí dentro, cuando logró reaccionar solo tomo su suéter y salió corriendo detrás del mayor.
Mauro no sabia como sentirse respecto a todo, sabia que lo hacía para ayudar a su mejor amigo y también sabía que estaba enojado consigo mismo por no poder decirle un no al menor.
Pero cada vez que trataba de negarse a cualquier estupidez que mauro quería hacer terminaba siendo manipulado por él tierno puchero que mauro hacía.
Mauro era como un pequeño niño fastidioso que llora y patalea hasta obtener lo que tiene. ¿como lo soportaba? Esa era la pregunta que se hacía todas las mañanas al escuchar a ese ser humano ruidoso y molesto.
A pesar de todo no podía dejar de sentir ese gran cariño que sentía cada que le miraba sonreír en grande mientras llevaba a cabo alguna de sus ocurrencias
—¡Matías! — grito mauro sacándole completamente del estúpido trance en el que se había hundido por unos minutos
— no grites, tarado..— hablo mirando a su amigo quien había llegado a su lado ya.
Mauro guardo silenció por un segundo y luego sonrió.
—Te quedaste como dos minutos como pendejo mirando el auto — Dijo mauro apuntado el auto. Él pelinegro le miro mal.
Uno de los trabajos de mauro era insultar a su mayor sin compasión alguna.
La mayoría de veces matias no tenía ni idea de donde sacaba las tantas ideas para sus tantos insultos, cada dia lo sorprendía más
—Sube al maldito auto..— Matías le empujó para que caminará y entrara al auto.
Mauro obedeció subiéndose al mismo tiempo que el mayor subió al auto.
Después de entrar en el auto se dispuso a mirar al frente y algunas ocasiones miraba de reojo al mayor
No tenia ni la menor idea a donde se dirigían y temía por su vida.
Matías solo miraba el camino con esa seriedad que siempre lo rodeaba
Mauro temía hablar y terminar con la mano de su amigo en la cara.
—bro.. — Susurro mirando a su mayor y alejándose un poco por precaución.
—¿Qué?— contestó Matías sin apartar la mirada del camino, mauro trago en secó.
Debía confesar que cuando matias tomaba el plan serio, temía terminar bajo tierra por el mal humor que a veces tomaba Matías, más con tremendo físico, fácil de un golpe le reiniciaba la existencia.
—¿a dónde vamos? ¿Me vas a partir en dos? — preguntó mauro, Matías al escuchar sus palabras lo miro sorprendido, pero regresó su mirada al camino.
—¿Qué?— Alzo un poco la voz y mauro se hizo bolita en su asiento.
Matías a claro su garganta muy exageradamente, las palabras de su menor habían sido mal interpretadas por su mente cochambrosa y sucia.
Aunque no pudo evitar imaginar algo parecido con mauro, pero borro rápidamente ese pensamiento, pues él es heterosexual y no podía imaginar nada de eso y menos con su mejor amigo.
y muy claro era el maldito sonrojo que proporcionaron sus mejillas, daba gracias a que mauro miraba sus manos.
—Nos iremos a casar ¿no querías eso? — dijo Matías ignorando de nuevo ese sentimiento extraño que llevaba rato sobre él.
—¿De verdad te casarás conmigo?— habló mauro mostrando una felicidad más grande que el aura de negatividad que rodeaba a Matías la mayor parte del tiempo.
El mayor se limitó a asentir con la mirada al frente.
Mauro miro al mayor con una sonrisa y suspiro, una vez más Matías le estaba ayudando con una de sus ideas.
Por esa razón Matías era su mejor amigo, amaba tanto que no le dejase solo en cada loca idea que pasara por su mente.
Amaba la forma en la que le regañaba cuando alguna de sus ideas fracasaba y como le decía "¿Lo ves tarado? te lo dije" mientras se cruzaba de brazos y le daba una mirada de superioridad.
Mauro sentía por Matías ese amor de amigos..
Anteees de que digan algo, yo se que eso del casamiento no es posible, pero es una historia, me daba mucha hueva narrar todo el procedimiento y pues, vale verga.
Estos primeros capítulos son cortos, pero ya los demas son más largos, esperenlos
Espero les haya gustado, perdón las faltas de ortografía y fallos en los nombres si esque hay.
Gracias por leeer y votar.
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Mati, ayudame a adoptar - litcko
FanfictionMauro quiere adoptar un bebé. Matías le ayuda con eso. adaptación de "changbin, ayudame adoptar" de mi primera cuenta @KEASKz -es mi primera vez haciendo una historia de este shippeo asique perdón si sale mal-