¿Qué Significa El Arte? *sasodei*

Gone

All my love is gone.
Now you're dead and gone.

How am I supposed to live without you?.
I refuse.

๑

Un viento tan tortuoso, con la frialdad de la lluvia. Pareciera que nada tenía piedad en los ruegos de aquella persona.

Sentado en la humedad del pasto, mirando la tumba de la persona que más amo en la vida.

Las lágrimas salían, aunque quisiera controlarlas no podría. Sus ojos se sentían pesados y su alma gritaba un descanso.

Su cara reflejaba el dolor, la angustia, la desesperación y sobre todo la tristeza. Una que momentáneamente fue opacada por el enojo.

Desde las profundidades de su garganta un grave grito de dolor salió, mientras más lágrimas hacían el recorrido ya trazado de otras, para terminar en el suelo.

Su llanto no daba la impresión de que parará por nada.

La lluvia fue su compañía, porque así al menos no lloraría solo.

Abrazo sus piernas, ocultando su cabeza entre ellas. Su cuerpo entero comenzó a temblar.

—Que hermosa mentira— se digno a hablar para sí mismo, en su mente solo pasaba la escena de la promesa y con ello recordaba a la persona que se lo había dicho.

El hecho de perderlo, a él lo hacía perder el sentido, tan opacado por la tristeza y el enojo.

Sus manos se aferraron aún más a sus piernas, como si en ellas encontrará algún tipo de consuelo.

La lluvia comenzó a apaciguarse volviéndose más tranquila mientras los rayos del sol salían. Como si le quisieran dar un abrazo.

Una sonrisa se escapó de sus labios, pero las lágrimas no paraban.

Melancólico.

Su ojo azul tocó con el del cielo gris, tan impuro.

—¿Las 8 de la mañana?— dedujo por la inclinación del Sol entre la parcela de la montaña, su vista nuevamente volvió a la tumba —Ahora odio las mañanas.

Más lágrimas salieron, alzando la cabeza a lo alta, sintió el recorrido pasando por su rostro hasta llegar a su mentón.

—Puedo sentir el dolor— limpio sus mejillas con una mano, mientras la otra se aferraba su capa —¿Y tú?.

Aunque lo llamara nunca le respondería, no serviría para nada.

Ahora estaba ahí, solo, llorando amargamente.

—¡POR FAVOR REGRESA!— grito a los cielos mientras sentía en su garganta un gran dolor —Te extraño.

Susurro al final.

Dejo caer su cuerpo en el frío suelo.

Tenía que regresar a la guarida, había salido en cuanto Kakuzu regreso sus brazos a la "normalidad".

[...]

"Su cuerpo estaba inmóvil, ni siquiera al sentir en frío la aguja hablaba.

Hidan estaba su lado, agarrando su guadaña con fuerza podía sentir como la sangre se cortaba por la presión aplicada. Por otro lado estaba su compañero quién seguía con su trabajo.

—No te esfuerces con tus brazos— advirtió el tesorero cortando el último hilo.

—Si.

Sin ánimos.

Kakuzu no hablo de más, no era su asunto y no era él, corto la última puntada y se fué, dejando a su compañero con él.