¿Qué Significa El Arte? *sasodei*

Sólo me nesecitas a mí

El egoísmo y los celos por algo que es solo mío.

Es completamente lo que me define.

Tú sólo me necesitas a mí.

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Sasori se despertó a media noche, mientras su vista se iba aclarando sus sentidos igual, alguien lo estaba sujetaba de la cintura y el estaba agarrando a alguien de la espalda.

"Pelo largo, cintura pequeña" sus ojos despertaron lentamente para ver a esa persona "Deidara, es cierto, la noche me la pasé abrazándolo, pero ¿Por qué?. Se supone que no siento nada por tí. Tal vez solo es que soy demasiado posesivo, pero ¿Por qué?" se preguntaba por ese hecho, suspiro y aclaró sus ideas de que no lo quería, ni siquiera se acercaba a sentir algo por él, tal vez solo es demasiado posesivo con lo que solo quiere para él.

Se levantó de su cama sin mover a su compañero, para después dirigirse al libro bingo "Un señor de la tercera guerra ninja, 200 mil eh, me parece bien, algo fácil para variar. La tercera guerra, ¿Hace cuánto que no eh visto a mi abuela?, No importa."

Cerró el libro y se dirigió nuevamente a su cama —¡Dei!. ¡Tenemos que irnos!, No quiero que se nos haga tarde, ¡Levántate!.

Sus ojos azules se habrían con sumó cuidado —Danna ya escuché, sólo déme uno minutos para alistar mis cosas e irnos— respondió con una gran sonrisa que cautivo al mayor —Por cierto, ¿A dónde vamos?

—Iremos por un señor que estuvo el la tercera guerra acabo con una aldea completa en una noche, bueno no era tan grande, una de las aldeas de la roca— respondió sin más, levantó la mirada a su compañero que estaba completamente en Shock.

Los oídos del rubio no lo creían, después de tanto tiempo recordó al bastardo que mató a sus amigos y familiares en esa guerra, tan sólo era un niño que su mamá había protegido, pero por fin conseguiría su venganza, matarlo.

Se levantó de la cama de su compañero con una sonrisa bastante torcida, agarro su capa, su bolsa con la suficiente arcilla para matarlo lentamente y dolorosamente, sin más se dirigió a la puerta de su cuarto —Vámonos, Danna.

El pelirrojo se sorprendió por el cambio de actitud de su compañero, pero decidió no decir nada, agarro una bolsa con pergaminos y se fue detrás de su compañero.

Sasori estaba disfrutando que su compañero no hablará para nada y se estuviera apurando, para ir a esa pequeña aldea a los lados del país del agua, pero eso ya no le agrada desde hace un rato.

—Dei. ¿Qué te sucede?— pronuncio, en ese momento sus pasó se detuvieron en seco.

—Danna, necesitamos llegar hoy a más tardar en la noche, si no lo hacemos sería una pérdida de tiempo— respondió el ojiazul, esos ojos detonoban tristeza y furia mezclada, una mirada que hizo que Sasori siguiera el camino.

—Esta bien, apresuremos— no quería que su compañero se estresará más de lo que ya estaba, así que no tuvo más que seguír el camino.

Deidara al ver esa aldea solo quería que todo desapareciera con su arte, no tardó mucho para recordar que solo venía con el propósito y la orden de matar a una sola persona.

—Llegamos, pasaremos la noche en esa posada— señaló el pelirrojo una posada no muy lejos de la entrada a la pequeña aldea.

—Entre usted Danna, yo iré a averiguar algo sobre ése hombre— respondió ante la orden del mayor, para dirigirse a las entrañas del pueblo pero antes de que logrará su cometido una mano lo detuvo agarrándolo del brazo.

—No, tu vendrás conmigo a dentro entendido— sonó más como una orden, para luego arrastrarlo hasta adentro.

—Suéltame Danna, tengo que investigar— Deidara se reusaba a entrar, sin antes aunque sea saber algo hacerca del bastardo del libro bingo.

—No— paró en seco y cambio su agarré a entrelazar sus manos, "¿Qué demonios me pasa?" Se pregunto, pero ahora éso no importaba.

Con sus manos entrelazadas se dirigió hasta la persona que atendía el lugar, ordenó un cuarto para ambos, no tardó mucho para que  le entregaran una llave.

Sasori siguió caminando sin tomar importancia a la mano que estaba entrelazada con la suya.

Abrió la puerta con la llave, en cuanto el cuarto se habrío, jalo al rubio hacía dentro, enseguida cerrar la puerta con llave.

—Muy bien, estoy arto. Dime ¿Qué demonios te pasa?, Ni siquiera yo estoy tan apurado cómo para matarlo— miró a eso ojos, que simplemente eran hermosos, lentamente se cristalizaban en lágrimas, esas lágrimas empezaban a salir una tras otra sin signos de parar.

Sasori al ver tal escena sólo tomó un camino, abrazarlo, ¿Por qué?, El mismo dijo que no sentía nada y ahora lo estaba abrazado. Tomo la cabeza rubia en su hombro, lo tomo de la cintura para levantarlo, fue la su manera para poderlo sentar en una de las camas; todavía con la cabeza rubia escondida en su hombro.

—Me dirás qué es lo que sucede, ¿O tendré que adivinarlo?— preguntó de una maneras tan tranquila y llena de cariño. Paso una de sus manos entre la cabellera rubia, acarició ese cabello con tanta suavidad.

—Mi madre murió en la guerra, la persona que acabo con una de las pequeñas aldeas de la roca y mató a la mayoría de sus habitantes fué él. Solo quiero acabar con su existencia, solo quiero éso, solo éso... No quiero nada más— Deidara sollozaba, mientras trataba que las lágrimas no salieran para seguir desahogandose —Mi abuelo el tercer Tsuchikage me cuidó por bastante tiempo, yo era el que tenía que ser el siguiente Tsuchikage pero me nege por bastante tiempo, hasta que casi vuelo la aldea entera. Pero tú llegaste a reclutarme para Akatsuki y éso al final no pasó. Solo que ahora soy un criminal de rango S.

Deidara se sentía tan pequeño e insignificante en ese momento, trató de apartar su cabeza del hombro de su Danna pero una mano lo impidió e hizo que se acercará más.

—Llora.

Esa palabra tan simple fue suficiente para que las lágrimas que traía atoradas salieran sin un fin.

Pasaron minutos en ésa posición, los ojos azules ya no lloraban, él solo se quedó así, nunca se quería separar de su Danna.

—Mañana lo mataremos, no te preocupes saldaras todas tus deudas ahí. Podrás vengar a tu pueblo— hablo el pelirrojo, para después poder separarse del menor, lo miro fijamente por un tiempo.

Miraba como seguí el menor en aquella posición, decidió que lo mejor para ambos era dormir —Duerme, nada malo pasará. Te protegeré.

Los ojos azules sólo admiraban a la persona que tenía en frente y como si fuera involuntario afirmó con la cabeza.

Ambos se acostaron en sus respectivas camas.

En la mañana tenían algo que hacer.

El capítulo más largo, ufff me cansé y perdón por las faltas de ortografía si es que tienen.

Me despido hasta el próximo capítulo 😎