9

1K 134 24
                                    

—¡Esto es un desastre!

A cuatro meses de estar saliendo, los queridos Bakugou y Midoriya habían parado un poco sus transmisiones. De tener el primer puesto ahora estaban en el quince, y era claro que no podían dejar que eso pasara.

El problema radicaba en que Bakugou debía volver por unos días a su ciudad natal, e Izuku se sentía incapaz de hacerlo solo. Todoroki le ofreció ayuda para acomodar el lugar justo como lo haría Bakugou, y para montar guardia por sí algún compañero quería interrumpir.

Era miércoles, y los miércoles tenían programadas transmisiones con historias, usualmente Bakugou se inventariar una historia de como había cogido con alguien mientras mostraba a la cámara una “repetición” con Izuku. Pero esta vez, el peliverde se encontraba solo.

—Estaras bien—. Lo tranquilizó Todoroki.

Lo cierto es que ninguno de los dos se sentía tranquilo, pero eran razones muy aparte él uno del otro.

Deku abrió el cajón de la cómoda y sacó la máscara y pupilentes que solía ponerse. Unas lentillas rojas con negro que le daban profundidad y una máscara que ocultaba su verdadero rostro. Se desvistio y se colocó encima una sencilla bata negra de vaporosa tela.

—Linda noche, aquí D, en vivo y directo.

Ante los ojos pasmados de Shoto, fue claro que el demonio había poseído el cuerpo del inocente Midoriya, ¿como podía alguien verse tan delicado y después pasar a que su mirada se ocureciera de forma tan lujuriosa y sucia?

Eres un sucio, habría dicho su madre. Aberración, lo habría llamado su padre. Estas enamorado, le habrían calmado sus hermanos.

—Cómo ven, hoy Dynamite no nos está acompañando... Me siento tan solo sin él, pero tengo tan linda compañía esta noche que puedo incluso olvidarlo. Así que, ¿les parece si inicio con la historia de esta noche?

Shoto estaba absorto en sus pensamientos, el ángulo en que se encontraba sentado permitía ver directamente a Izuku pero sin que la cámara lo notará y al mismo tiempo recargado contra la puerta para que nadie abriera de improvisto.

—Esta es la historia, de un chico buen mozo, con un rostro que me ponía a rezar de rodillas.

Shoto se sentía nuevamente como un simple fan mientras veía a Deku en su transmisión.

—Un virgen que no sabía que hacer.

Estaba... ¿Hablaba de él?

—Su rostro rojo de vergüenza mientras me pasaba las manos por el torso— El peliverde se soltó el nudo de la bata, tocandose a sí mismo el pecho y los rosados botones que tenía por pezones—. La tenía tan grande, se sentía tan adentro y... Ahh... Aún me acuerdo... Ngh, ahh.

Izuku, abierto de piernas sobre la silla se introducía dos dedos con solo saliva. Shoto estaba absorto entre la exitacion y la incredulidad.

—... Tan profundo, y tan duro... Ahh... Me tocó tan bien que costó creer que fuera virgen.

Nah, no podía hablar de él... ¿O si?

Aquí y... Aquí...

Se tapó los ojos, cuando era un simple fan era fácil ver aquello, pero ahora estaba saliendo con aquel chico y se sentía que invadía su privacidad. Eso debió ser al revés, cuando eran desconocidos, no ahora que salían.

Cam BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora