13

848 110 13
                                    

—Me duele la cabeza... Oigan, ¿por qué Sero no se despega de la ventana?

Todo el que se había levantado se había terminado haciendo esa pregunta, ¿que hacía Sero Hanta pegado de esa forma al cristal?

Izuku notó qué fue el último en levantarse, a pesar de que fue él primero en dormirse.

—Sero-Kun— Uraraka tocó delicadamente su hombro—. ¿Estas bien?

Él pelinegro no contestó, se dedicaba a ver fijamente afuera.

—No encuentro mi cinturón—. Comentó Ojiro, viendo al rededor

—Regresaste sin él—. Le dijo Toru

—¿Le di a alguno mi cangurera?—. Preguntó Izuku, tomando asiento en el sofá junto a Uraraka e Iida.

Todos negaron, un grito de Sero los devolvió a su estado de curiosidad.

—¡Ahí esta!

Los más interesados corrieron hacia la ventana para ver lo que él observaba. En la acera estaba parado su Sensei, en compañía de una joven chica y el director de la academia, la chica llevaba dos pesadas maletas con ella.

—¿Que ocurre?

—Es la mujer de mis sueños—. Suspiró Sero

—¿Y ella quien rayos es?—. Le preguntó Denki en voz baja

—No tengo la menor idea—. Contestó el pelinegro

—¿Sigues borracho?—. Se preocupó Momo

—Estoy sobrio completamente.

El celular de Iida comenzó a sonar, y cuando logró contestar su rostro se contrajo en una mueca.

—Aizawa Sensei quiere que se despeguen todos del vidrio o van a ensuciarlo

—¿Nos vio hasta acá?

—Aja... Dice que si no se quitan asustaran a la nueva.

Todos, a excepción de Sero se movieron de la ventana, el chico soltaba de vez en cuando suspiros emocionados.

—¿No es la chica que se subió a una mesa anoche?—. Preguntó Jirou

—Si— Dijo el muchacho—. Creí que jamás volvería a verla, los de la otra clase dicen que es una estudiante latina de intercambio, algo así como que ganó un concurso, llegó justo ayer y la invitaron a la fiesta, ¿no es perfecta?

—Hasta acá no se ve bien— Dijó Mineta, intentando asomarse de forma discreta—. Y no recuerdo mucho de anoche, así que no recuerdo ninguna chica bailando

—Yo si, esa mujer se mueve increíble—. Admitió Jirou.

Al fin, Bakugou pudo despegarse de la cafetera y ofrecerle una taza a Shoto, este la tomó con gusto y aguantando el exceso de amargura que tenía la bebida, era claro que el rubio seguía ligeramente ebrio pues incluso dijo buenos días y ofreció al resto una taza de café.

Izuku se inclinó sobre el hombro de Shoto y aspiro el aroma del café, esperaba que este le despertará un poco pero sólo logró darle arcadas de lo fuerte que estaba.

—Te pasaste de cucharadas—. Comentó, aguantando la arcada

—¡Si no te gusta hazlo tú!

Y le había regresado el mal humor.

—Esta bueno—. Mintió Shoto, tomando un trago del café

—¡Callense que ahí viene!—. Chillo Sero.

Cam BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora