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Dos años después

Cualquiera que viese pasar a Bakugou Katsuki por aquel vecindario sabría que se le debía ignorar si querían seguir con todos sus huesos intactos.

El amargado muchacho vivía en uno de los grandes edificios, piso 6, apartamento 512. En este mismo vivían otros dos muchachos, pero se les veía poco, en cambio al rubio se le podía ver un poco más seguido y los vecinos a veces se sentían mal por aquellos dos jóvenes que compartían apartamento con Bakugou.

Aquella calurosa tarde, como pocas veces pasaba, los otros dos inquilinos habían llegado temprano. Se sabía que uno era hijo de un importante hombre en el mundo de los negocios, y que otro dirigía una exitosa tienda de ropa para hombres. Del rubio sólo se sabía que aún estudiaba un post grado.

Izuku Midoriya comenzaba a hacerse conocido en el mundo del negocio, había resultado ser un muchacho brillante con un futuro prometedor.

Shoto Todoroki había perdido a su padre, y su madre había sido internada en un hospital psiquiátrico. De ves en cuando tenían visitas de los hermanos del muchacho.

Ahora, increíblemente después de tanto tiempo sin problemas en aquel apartamento, se podía escuchar una estruendosa música y como la gente entraba y salía del lugar.

Los chismosos vecinos no podían evitar querer saciar su sed de curiosidad sobre las actividades de aquellos tres misteriosos muchachos.

Después de todo, ¿que es lo que celebraban los chicos del apartamento 512?

...

Si había algo a resaltar en aquella fiesta era la extravagancia; el alcohol, la estruendosa música, los actos lascivos de ciertos invitados y muchas cosas más. Era como entrar a un burdel, pero con algo más de clase.

—¡Shoto!

El borracho Izuku se le lanzó encima con una sonrisa, buscando sentarse sobre su regazo.

—¡No se come pan frente a los pobres!—. Mina se tambaleaba en su propio asiento

—¡No puedo creer que me voy a casar!— La risa estruendosa de Izuku contagiaba a todos, el peliverde seguía admirando su anillo—. ¡Voy a casarme!

—Creo que no deberías seguir tomando—. Katsuki apareció para quitarle el vaso con licor de las manos

—¡Bakugou!— Ochako intentaba caminar recta hacia él, pero venía fallando estrepitosamente—. Cuida a Deku-Kun, por que está chiquito

—Hey, yo también puedo cuidarlo—. Protestó Shoto

—No, tú debes cuidar a Bakugou— Le dijo Sero, dándole una palmadita en la espalda—. Por que si nadie cuida de Bakugou entonces perderán a Midoriya en menos de una semana

—Llevamos tres años saliendo— Les recordó el rubio—. Y nada malo ha pasado

—¡Es hora de los regalos! Quiero darle a mi cuñada algo bonito—. Ese había sido Touya.

Al final, los hermanos Todoroki no habían resultado sentirse tan alejados los unos de los otros.

—¿Me compraste algo?—. Izuku estaba más que conmovido mientras tomaba el regalo

Cam BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora