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—No despierta—. Esa era la chillona voz de Mineta

—Dijeron los doctores que tiene una contusión, no hagamos mucho ruido—. Pidió Yaomomo.

Un pitido continuo le taladrava el oído derecho, sus huesos se sentían entumidos y la piel le ardía. Sentía los labios pegados y la boca pastosa, ni siquiera podía abrir bien los ojos.

—¡Movió la mano!—. Esa era la voz desesperada de Denki.

Al fin, Izuku abrió los ojos de golpe e intentó aspirar una inmensa bocanada de aire, pero se vio turbado por la Mascarilla que cubría la mitad de su rostro.

—Midoriya, no te muevas mucho por favor—. Iida lo tomó con gentileza de los antebrazos para impedirle moverse

—Deku, estábamos tan preocupados— Uraraka no paraba de llorar mientras se limpiaba la cara con un pañuelo—. Pensábamos que tú... Tienes dos costillas fracturadas, la cara inchada y una contusión que el doctor clasificó como ligera

—Ese hombre horrible estuvo dispuesto a lo peor, Izuku-Kun, estamos felices de que estén bien—. Lloró Tsuyu

—Ellos... Kacchan... ¿Donde esta?

Denki se acercó a él con cautela.

—Le están enyesando una pierna. Abrían terminado hace horas si no dejara de golpear a los doctores

—¿Y Shoto? Estaba muy cerca de Enji, ni siquiera se que pasó exactamente, ¿está bien?

Toru movió las palmas de sus manos frente a él, pidiendo la palabra.

—Le tuvieron que dar cuatro puntos en la nuca y tiene una inflamación severa en el brazo derecho, no se lo rompieron pero se lo movieron de lugar y se ve que duele

—Tengo que... —Deku quería batallar con los cables para levantarse de aquella cama—... Debo verlos

—¡Ni se te ocurra!— Jirou lo había vuelto a empujar contra la cama—. Estas mal si crees que te dejaremos salir de aquí

—Te compramos un melon—. Mineta agitó la fruta por sobre su cabeza

—¿Un melon?— Shinsou iba entrando a la habitación y cargaba una canasta con pastelitos—. Dijeron que le comprara algo rico

—Esta enfermo, ¿quieres matarlo?—. Lo regañó Iida

—¡Ya llegué!— Irina llegó justo tras Shinsou con una caja de chocolates y una botella de gaseosa—. Le traje algo rico a Deku-Kun

—Otra con lo mismo— Jirou rodó los ojos—. Se iba a morir y ustedes le regalan cosas azucaradas

—El punto es que se sienta mejor, a todos les gusta el chocolate

—El punto es que se recupere, la fruta es mejor—. Señaló Uraraka

—Ya gaste en esta canasta—. Se quejó Shinsou

—Si, pero tu cagas plata— Denki le quito la canasta con una mueca—. Igual se puede comer uno para que no se desperdicie

—Yo debería decidir que me como y que no— Izuku alzó la voz, recordándoles a todos su presencia—. ¿Puedo comerme los chocolates?

¿Quién podía decirle que no a esos ojos que suplicaban con él alma?

—Supongo que puede comer— Momo fue la primera en reaccionar—. Los doctores no dijeron nada de azúcar alta, igual y te da energía para mantenerte despierto.

Por el umbral de la puerta alcanzó a ver la inmensa figura de un hombre desconocido, de rubio cabello alborotado y ojos azules intensos, con marcados músculos incluso bajo el traje que llevaba. El hombre iba acompañado de Shoto, que parecía escuchar la platica del rubio con total asombro.

Cam BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora