The only way

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La cena era tan incómoda, todos nos mirábamos los unos a los otros en silencio, sin saber ni tener nada qué decir, si hablaba solo podría mentir, era la única opción que tenía en estos momentos o simplemente resignarme.

Con la yema de mis dedos toqué el anillo de oro que permanecía inerte en mi dedo anular, frío y pesado, carente de significado, aquello que me enganchaba a la persona con la que no debía de estar pasando el resto de mis días.

Ellos son los que están mal, no yo, nada de lo que yo hacía a sus espaldas podía significar un pecado, lo que sí lo era fue obligarme a decir toda esa basura que no eran más que mentiras frente al altar, casándome con la persona que no era la indicada para mí, sonriendo a todos como si nada estuviera pasando en realidad, como si ese fuera el día más feliz de mi vida, tenía que ser así, era mi boda y debería ser el hombre más dichoso del mundo entero, casándome con la que se suponía que era la chica de mis sueños, vaya suerte la mía el que mis padres hayan arreglado mi matrimonio con ella desde el momento en el que nacimos, que repugnante.

Nunca les interesó saber lo que yo en verdad quería, o quién era la persona que yo amaba en realidad, simplemente nos vendieron a mí y a esa chica como si fuéramos simples objetos, aunque ella no se lo tomaba a mal, desde que nos dieron la noticia, Izumi aceptó encantada sin reprochar nada, todos estaban tan felices en aquel momento que incluso sacaron una botella de champagne para festejar, menos yo, que me deshacía en mil pedazos.

Ahora mis padres comían sus platillos mientras hablaban entre ellos, Sasuke como siempre permanecía con su rostro fastidiado, Izumi hablaba por teléfono en otra habitación y Shisui, mi mejor amigo y amante yacía sentado frente a mí, dirigiéndome miradas discretas y poco notarias, me gustaba el hecho de tenerlo cerca, porque de alguna manera era un apoyo fundamental para que mi vida no se viniera abajo, podía decir orgullosamente y gritar a los cuatro vientos que lo amaba, que él era mi amante, pero no tenía el valor suficiente, no me gustaría tenerlo aquí, me dolía que él viera como mi esposa se acercaba a mi con descaro y no me robaba uno, sino varios besos frente a sus narices, como si lo supiera, no sé por qué mi madre insistía tanto en invitarlo, ni siquiera era un momento en el que él tuviera que estar presente.

Bajé la vista con la intención de no mirarlo, intentar ser ajeno a todo y a todos, me sentía tan indefenso y vulnerable, no quería ni podía seguir con esta farsa, no me gusta mentir.

Un roce en mis pies me hizo levantar de nuevo la mirada, enfocándome en esos hermosos ojos negros que podían verme de tantas manera, con amor, cariño y ternura, incluso con tristeza, por instinto le sonreí, solo él podía provocar que lo hiciera con sinceridad, hizo una especie de señal moviendo su cabeza en dirección a la puerta, capté su indirecta al instante, asintiendo en afirmación a su propuesta, necesitaba salir de aquí y respirar, ser solamente yo, nosotros.

━Es tarde, debería volver a casa ━dijo levantándose de la mesa con tranquilidad viéndome fijamente.

━Te acompaño ━respondí de golpe pero con la suficiente tranquilidad para no parecer sospechoso.

Me gané un par de miradas extrañadas por mi acción tan repentina, tenían que encontrar alguna excusa.

━El doctor dijo que debería dar paseos más seguido, dice que el aire fresco le ayudara a mis pulmones ━expresé como si nada, aunque si bien era cierto todo lo que dije y tenía a mi hermano de testigo ya que el siempre me hacia compañía cada que tenía que ir a consulta━. No tardaré mucho, lo prometo.

Ya qué más daba...

Todos rompemos nuestras promesas.

━Regresa con cuidado ━habló mi madre sonriendo con dulzura, sin llegar a imaginar que su hijo iría a revolcarse con su mejor amigo en cuanto pusiéramos un pie dentro de su casa━, si surge algún problema llámanos.

Short stories ━━  𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora