Tiembla, su cuerpo tiembla ante la impotencia que lo recorre entero, cuando aquel chico, su mejor amigo, le ha confesado que se mudará, y no es un lugar cercano al que pueda ir a visitarlo de vez en cuando, se trata de otro país y otro continente.
Nunca se ha podido imaginar una vida sin él, le resulta absurdo de imaginar.
Él es todo lo que conoce, esto, todo lo que ambos han vivido juntos desde su niñez.
Él era su primer amor, era todo lo que amaba.
Quedó huérfano desde una edad muy temprana, no tiene conciencia de que alguna vez haya visto a sus padres, murieron en un barco que el mar se tragó sin piedad en una noche de tormenta, sin duda fue un accidente trágico, desde entonces había tenido que vivir con su tío, el único pariente cercano que le quedaba.
No pudo siquiera llorar por la muerte de aquellos seres que le dieron la vida, puesto que en ese entonces apenas y tenía dos años, no sabía ni hablar en ese punto de su vida.
Pero igual se sentía triste, vieran por donde vieran sus ojos había niños de su edad, felices sosteniendo las manos de sus padres sonrientes, lo podía ver en cada esquina, apenas saliendo al porche, yendo de compras con su tío, en la escuela, en el parque, siempre lo perseguía el anhelo de tener lo mismo que esos niños, el cariño de sus padres.
Su tío era un hombre particularmente frío, no lo trataba del todo mal, sí era un poco severo con los regaños cuando hacía algo mal, le gritaba y lo castigaba por semanas, además casi nunca estaba en casa, lo cual lo hacía sentir aún más solo.
No tenía amigos porque todos consideraban que era... Raro.
Nadie quería hablar con él, ni siquiera siente que lo traten como a un ser humano, es más como un fantasma, solo se iba sumiendo más en la oscuridad, cada vez con más profundidad, es un abismo que no tiene fin, no tienen la fuerza suficiente como para sujetarse de las paredes y subir de nuevo a la superficie, es mejor seguir cayendo.
Vivía en un pueblo costero, era tan tranquilo y apacible habitar en un lugar así, no hay bullicio, lo único que puede perturbarte el sueño de vez en cuando son los hombres que se emborrachan en los bares y andan por las calles cantando o sufriendo por malos amores, fuera de eso todo ahí es paz.
La casa de su tío estaba cerca del mar, amaba ver el oleaje desde su habitación, le relajaba bastante dejar la ventana abierta por las noches y escuchar el rugido de las olas al chocar con las rocas y la arena, no todos los días tenía el privilegio de ir a la playa, puesto que su tío odia el mar, pero no tenía manera de dejar el pueblo, de lo contrario ya se habrían ido hace tiempo, y aunque así fuera tenía pensado volver y hacer su vida ahí si era necesario. En serio le gustaba.
Cuando su tío salía a trabajar por largas horas, al tener la puerta de estrada cerrada, optaba por salir de la casa por la ventana de su habitación, no le afectaban mucho los regaños que pudiera llegar a recibir por salir solo, todos en aquel pueblo se conocían, pero de vez en cuando había turistas de los que bien y se podía dudar, o que pudiera llegar a tener un accidente, pero le daba igual, él quería un momento a solas con la brisa del mar acariciando su rostro, o incluso meter los pies, aún no ha aprendido a nadar, así que no quiere arriesgarse, pues son pocas las personas que pasan por ahí a esas horas de la tarde.
Deja que su largo cabello se agite con el viento a medida que pasan las horas, su ropa se moja un poco cuando llega una que otra ola que alcanza a cubrir su cintura estando sentado con las rodillas pegadas a su boca, al tiempo que las muerde un poco con sus dientes, cierra sus ojos y deja que el atardecer lo envuelva entero con esos tonos naranjas pintando su blanca piel.
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Short stories ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢
ФанфикTal vez una cosa no puede estar relaciónada con la otra, pero pueden formar una misma cosa. Un mismo sentimiento y una misma emoción. Montaña rusa que baja y sube con cada una de sus curvas. ━One shots/ relatos cortos del ship ShisuIta ━Historias qu...