Short stories ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢

Si hay que arrepentirnos...

A veces siento que fue mi culpa.

Cada noche es errante en la misma sintonía que mis pensamientos, unidos en ese vasto mar de desilusiones y penas me hundo en el mismo pensamiento, las variantes de todas mis culpas.

Todo vuelve al mismo lugar de donde provino, hay tantas explicaciones que se pueden dar a todo esto, muchas personas, en especial mis padres y mi hermano se acercaban a mí a hablar en un silencio que ellos consideran como cómodo, pero a mi me parece lo mismo a estar en un cuarto lleno de personas, desnudo, completamente a la merced de un sinfín de ojos humanos, ansiando ver lo que hay tras esa fachada mía, no es más que una coraza fuerte y persistente, que está ahí con el único motivo de que nadie vea quién es Itachi Uchiha realmente, porque incluso... A mí me asusta, me da mucho, mucho miedo.

"Fue un accidente"

"Deja de atormentarte por ello"

"Entiende que no fue tu culpa"

Pero ellos no saben que no fue un accidente precisamente, que pudo evitarse.

Mi esposo... Había tenido un accidente automovilístico porque había salido de nuestra casa, borracho y molesto sin que yo me diera cuenta, o pudiera detenerlo, porque todo pasó mientras yo dormía, ignorante, también molesto, luego de una pelea que parecería no tener consecuencias mayores, pero ya veo que no fue así, encontrándome en este punto presente.

Shisui, sin temor a equivocarme era el amor de mi vida, lo amaba, y él también me amaba, nos conocimos desde la adolescencia, y en la universidad empezamos a salir como pareja, estaba bien porque era una relación madura, una única vez tuvimos una discusión que nos hizo terminar con lo que en varios meses habíamos formado, pero creo que fue cuestión de un tiempo para darnos cuenta de que estábamos hechos el uno para el otro, y que nada ni nadie podría separarnos, bastaron unos meses para que volviéramos a estar juntos para no separarnos nunca más.

Nos casamos, y como cualquier matrimonio teníamos problemas entre nosotros, incluso había veces que no quería saber nada de él, terminar con todo eran pensamientos efímeros, un poco locos, y también me preguntaba a mí mismo "¿por qué demonios me casé con este hombre?" pero obtenía una respuesta inmediata, porque yo lo amaba como a nadie en el mundo, me gustaba tenerlo en mi regazo, verlo todo el tiempo que me diera la gana y besarlo, saber que era única y exclusivamente para mí, sentir esa sensación de victoria al tener a un hombre como él en mi vida, y que nunca se alejaría de mí.

Sin embargo, una regla de la vida es que lo bueno nunca dura para siempre.

Tal vez si me hubiera casado con un completo imbécil que nunca me habría hecho feliz habría durado con él hasta la vejez, pero no, yo no tenía a alguien que no me hacía infeliz, sino al ser humano más bueno, y esas personas son... Las que menos perduran en un mundo tan cruel como lo es este.

Creo que no es mucho el contexto de lo que pasó ese día, aquella noche Shisui llegó, triste y devastado porque había perdido su empleo, un empleo que le gustaba mucho y era su vida, lo hizo porque yo lo obligué a quedarse conmigo cuando él debía estar trabajando. Un par de días me sentí mal, muy solo, el sustento que tenía a mi disposición era mi marido, él me hacía sentir bien, un poco lejos de mi sufrimiento individual, así que con chantajes le pedí que se quedara conmigo todo el día, solo conmigo, que no fuera a trabajar, que no saliera por nada del mundo, que no contestara llamadas ni le diera explicaciones a nadie.

En resumidas cuentas que escapara a mi lado.

Ese egoísmo duró cuatro días, tiempo que bastó para que lo despidieran sin remedio.

Obviamente se enojó conmigo, y muy justamente, porque yo no había pensado en las repercusiones que mi petición podría tener, había estado pensando en mí y nada más en mí.