Los recuerdos me invaden.
Vienen y van burlándose de mí, de mi triste existencia.
Es putrefacto y carente de vida, de emoción, de calidez y de amor.
Mi vida no tiene más sentido alguno, solo soy un objeto, un ser apagado y moribundo que espera el día de su sentencia, el día en el que mi hermano venga ante mí y me asesine.
Tuve el infortunio de ser yo quien le arrancara su felicidad, el brillo inocente de sus ojos negros e infantiles.
Al parecer, el destino no fue muy gratificante conmigo y nunca lo será, cada segundo que pasa me convenzo más de ello.
Era una noche hermosa, de luna llena y brisa suave.
Todos dormían.
Menos yo.
"Todo hace daño".
Me dije a mí mismo mientras contemplaba el inmenso lago donde tenía mis pies remojando.
"Excepto cuando se está muerto, estar muerto es probablemente lo único fácil, ¿no es así... Shisui?"
No podía dejar de aferrarme a alguien que ya no está más aquí.
Porque no puedo dejar de pensar en él, en lo dulces que eran sus caricias y palabras, la calidez de sus brazos y sonrisa.
Lo único que me mantiene vivo es algo que ya murió, que ya no existe más, tan solo en mi corazón marchitado.
Tan fugáz.
Efímero cuando llega.
Su presencia es tan irreal y lo sé, me duele ser consciente de ello.
Que no alcance a ser más que una simple ilusión que se proyecta en mis ojos cegados, viendo sombras y tonos opacos en la lejanía, solo teniendo la capacidades de sentir
A pesar de no poder sentir nada a la vez.
Todo estaba perdido para mí.
Qué más me quedaba, únicamente conformarse con algo que no es real, era una... adicción.
Dicen que lo pasado es pasado, ¿y si todo lo que puedo hacer es vivir con las migajas de los recuerdos de aquellos tiempos en los que yo era feliz?
La vida solo te regala momentos de felicidad, ilusión y luego te lo arrebata todo.
Los años se fueron deteriorando al color de la herrumbre, días desgastados, noches sombrías.
Una habitación fría y húmeda de paredes grises donde paso el resto de mi existencia, a mi lado, a unos metros de distancia Kisame duerme, soñando cosas que yo desconozco, un mundo que es ajeno a mí.
Cuando lo veo me preguntó cómo es que él puede estar bien a pesar de todos los crímenes que ha cometido, sin duda yo no podía sentir lo mismo, la masacre de mi clan era un peso demasiado grande y pesado que terminaría por perseguirme hasta el último momento.
El último suspiro.
Salí con la intención de disfrutar de un agradable paseo nocturno, libre de alguna otra presencia, solo yo y nadie más.
Las luciérnagas sobrevolaban cerca de mi cuerpo, posándose cómodamente en mi capa, su bioluminiscencia era capaz de iluminar todo mi sendero a pesar de que yo solo podía ver puntos opacos en la lejanía.
El viento soplaba en direcciones aleatorias, soplando a mi costado, enfrente y detrás de mí con suavidad, tal cual como el roce de las manos de la persona que más amé, cada que acariciaba mi cuerpo en los atardeceres frente aquel acantilado en Nakano, quién diría que ese sería el lugar en el que moriría, aunque comprendo porque lo escogió, tenía una vista espectacular.
ESTÁS LEYENDO
Short stories ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢
FanfictionTal vez una cosa no puede estar relaciónada con la otra, pero pueden formar una misma cosa. Un mismo sentimiento y una misma emoción. Montaña rusa que baja y sube con cada una de sus curvas. ━One shots/ relatos cortos del ship ShisuIta ━Historias qu...