III: Más allá de la razón.

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Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama. Todos los respectivos derechos.

Advertencia: Contenido no apto para todo público.

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Madrugada domingo 3 de julio 2016
Londres

Las sensaciones dentro de su pequeño cuerpo comenzaron a hacer acto de presencia, teniendo todos los sentidos a flor de piel, siendo extremadamente sensible ante todos los estímulos que estaba recibiendo. Lo labios de Eren en su propia boca se percibían como algo ilusorio, tan etéreo, un roce efímero pero inigualable a la vez. Estaban despertando sentidos que creía muertos, también aparecían cosas que jamás creía poder llegar a apreciar tan dentro de él, adormeciendo su razón y la poca cordura que le quedaba.

Había soñado con este momento durante mucho tiempo, desde antes de caer en cuenta que estaba enamorado de Eren; sin embargo, en ese entonces no sabía por qué estaba imaginando esa clase de cosas con su mejor amigo, negándose lo que era evidente ante sus ojos. Luego no le quedó nada más que admitirlo, admitir que quería al castaño de una forma más allá de la inocente amistad, pero a la par, llegó también el asumir que eso nunca pasaría, que su amor incondicional jamás sería recíproco.

El moreno era heterosexual, y Levi por nada del mundo quería arriesgarse a arruinar lo que tenían, no deseaba perder a la única persona que lo vio cuando todos lo ignoraban, a la única persona que pudo descifrar su libro cerrado y misterioso sin mucho esfuerzo: Levi empezaba a creer que Eren lo había podido leer solamente porque era especial, porque era él, porque el azabache le había permitido hacerlo al ver su amabilidad, su espontaneidad, su belleza interior.

Eren era otra clase de persona, tan puro, tan empático. Ahora que lo pensaba con más detenimiento, era imposible no caer enamorado de él.

Decidió reprimir sus sentimientos por temor a perder a una de las personas que más adoraba en la vida, uno de los pilares fundamentales para mantenerse bien. No quería que el moreno huyera de su sentir, que se alejara de su vida, sólo quedando en sus recuerdos. Si para eso tenía que callar a su corazón y sufrir cada vez que lo viera con otra mujer valía la pena, valía la pena porque seguiría a su lado.

Entonces, si había pensado en eso, ¿qué hacía quieto, tan calmo como el agua intacta, mientras el de ojos verdes lo besaba?

Un beso tan corto, tan suave... Uno que apenas si se podía clasificar como un roce, un roce infernal. Cerró los párpados, anhelando más de ese contacto que tanto deseó, que tanto llegó a fantasear por las noches antes de irse a dormir. Aquella escena, esa que había sido su único consuelo cuando veía a su mejor amigo besando a otra chica, ahora ya no era más un sueño, pues se había convertido en una auténtica realidad. No podía creer que eso estuviera pasando, simplente no cabía dentro de su cabeza, y menos dentro de esos momentos, que en lo único que podía pensar era en Eren y en aquella corriente eléctrica que se había apoderado de su cuerpo.

Yo quisiera || EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora