Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama. Todos los respectivos derechos.
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.Martes 5 de julio 2016
Londres
El viento de la mañana calaba a través de su uniforme escolar, amenazando con congelarle los huesos por atreverse a llevar prendas tan ligeras a las siete y algo de la mañana, un pequeño castigo. Se metió un poco más dentro del chaleco color café claro y frotó sus manos con el fin de producir un poco de calor en ellas; a pesar de que estaban en la famosa época llamada verano, donde todo parecía cobrar vida y ser más colorido, el frío seguía presente. Este último siempre era algo común en Inglaterra, tan usual como el mensaje de Eren cada día antes de ir juntos al colegio.
Hoy, de manera extremadamente peculiar, no había sido la excepción. Llegó dos minutos antes de salir de casa, cuando justo ya empezaba a creer que no le enviaría nada. Se presentó en su bandeja de entrada con un alegre “vienes por mí hoy? Te espero”, todo eso acompañado con un par de emoticonos sin sentido —unos de los cuales Eren, con mucha frecuencia, solía abusar en las conversaciones—. Le extrañó en demasía leerlo tan impasible, tan tranquilo... Si sacara conclusiones precipitadas podría pensar que, tal vez, Jaeger trataba de olvidar el episodio que habían protagonizado los dos la madrugada del domingo.
Cambiando a otro tema, Levi se encontraba agradecido de sobremanera con su yo del pasado, y esto se debía a que este le había dicho, ese mismo sábado del club nocturno a su mejor amigo —¿podía seguir llamándolo así siquiera? Se encontraba un descarado de pies a cabeza si seguía nombrándolo de esa manera, pero no le quedaba de otra, ¿había otra palabra para definir su relación, aquella que ya la daba por perdida?— que tenía dentista el día lunes, por lo que no podría ir a clases ni pasarlo a buscar a su casa. Sin mentir, esa fue la primera vez que estuvo tan feliz de haberse ausentado al colegio, pues no se sentía preparado para verle la cara al moreno todavía.
Tampoco era como que hoy, martes, se sintiera listo en su totalidad para afrontar la realidad, porque eso distaba mucho de la verdad. Pasaba que su estómago se revolvía una y otra vez dentro del vientre; incluso cuando no probó bocado alguno por miedo a vomitar, aquel revoltijo seguía allí. Maldecía a su cerebro en el momento en que los pensamientos negativos compulsivos aparecían, y los odiaba con mayor ganas por hacerlo sentir así de débil, así de inútil.
Al menos no todas las cosas iban tan mal, pues, como había tenido el día domingo —ese en el que prácticamente no pudo pegar ojo en cuanto llegó a su hogar— y el día lunes para analizar de manera profunda la situación, desglosando cada parte existente, había llegado a una conclusión... Incluso podría atreverse a decir que tenía una pequeña respuesta a su reciente —muy grande— problema.
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Yo quisiera || Ereri
RomanceEren ha sufrido una desilusión amorosa otra vez. Levi está ahí, como siempre, para reconfortarlo. A lo mejor la historia sería distinta si el joven Ackerman poseyera la valentía y no se guardara los sentimientos hacia su mejor amigo. Quizás todo ser...