Capitulo 39

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Estaba un poco alterado, me aterraba la idea de que le pudiera pasar algo a mi hija, subí al auto y arranqué lo más rápido que pude

-Mira nada más, pobre Alejandro, no esperaba exactamente que a ti te pasara pero bueno, te subiste al auto equivocado honey- Lo seguí con mi auto, muero por ver la cara de Andrea cuando se entere de lo que le pasará a su amorcito
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-Dios- Me senté en el sofá

-Tranquila hijita, todo estará bien

-No estoy segura de que todo estará bien- Sentía una angustia acumulándose cada vez más en mi pecho- Algo no está bien, algo no estará bien
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El carro iba a todo lo que daba, mi cabeza estaba a punto de estallar, el tan solo pensar en como Olinka podría hacerle daño a mi hija me mataba

-NO- Grité desesperado- A ver tranquilízate Alejandro

Pisé aún más el acelerador, en verdad mi mente me estaba traicionando de una manera perversa, un nudo se acumuló en mi garganta y... Un carro... Noté que me venía siguiendo, no pude distinguir bien pero la silueta parecía de una mujer

-Te lo advertí maldita perra, te dije que te ibas a arrepentir... Y el pobre de Alejandro se tendrá que morir antes de conocer a su hijita... Que historia más conmovedora Jajaja- Me acerqué al automóvil hasta quedar al mismo nivel

-Alejandro, ¿Qué tal te va?

-Maldición, ¿Qué demonios haces aquí? ¿Qué quieres Olinka?- Trate de disminuir la velocidad pero no podía

-Ay tranquilo, en unos cuantos segundos más ya no tendrás que preocuparte por nada

Lo intentaba, trataba de frenar pero simplemente no podía, los frenos no respondían

-¿Qué pasa darling? ¿Los frenos no te funcionan? Uy que lástima

-Carajo, ¿Por qué me hiciste esto?

-Yo no te hice nada, tu solito te metiste a la boca de lobo, eso era para Andrea, no para ti... Hasta nunca Alejandro, fue un placer- Bajé la velocidad... O eso intentaba...- Que demon... No mierda

-Al parecer caíste en tu propio juego ¿Se te cortaron los frenos? Ay Olinka, ya no sé que más decirte, por tu culpa moriremos juntos y no podré decirle la verdad a mi hija- Ya no podía controlarlo, no podía evitar mi destino, lo que hubiera dado por ver a mi princesa una vez más, las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas- Dios mío, apiádate de mi

El auto cayó en el barranco y se volcó completamente, en poco tiempo se incendiaria, no había nada que hacer
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Mi teléfono volvió a sonar, era un número privado, tenía un poco de miedo, no quería responder pero lo hice- ¿Hola?

-Disculpe, ¿Usted es familiar del señor Alejandro Díaz?

-Si, ¿Pasó algo?- Mi respiración empezó a agitarse

-El señor tuvo un accidente y está ingresado en el hospital

Me quedé completamente congelada, Alex, ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Y mi hija?

-Señora, ¿Está ahí? ¿Se encuentra bien?

-S.. Si, voy para allá- Mi cabeza me retumbaba, claramente no podía manejar, salí corriendo hasta afuera

Andyler Un Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora