Unfaithfully yours |Infielmente tuya| [Yatralu]

XX

[El final]

(...)

—Sebastian si me quemas una oreja juro que te
mato— Advertí al mismo momento que mordía mi labio inferior y arrugaba mis ojos por precaución mientras Sebas me ayudaba a planchar mi pelo, Mau no pudo venir hoy y según Sebas sabe planchar pelos, en estos momentos estoy en su camerino requiriendo de su ayuda, nos encontramos solos.

—¿No confías en tu amante?— Coloco una mano en su pecho de manera dramática, haciéndose el ofendido y miró mi rostro a través del espejo de enfrente.

—¡Mueve la plancha que me vas a quemar el pelo!—
Grité exaltada al ver como dejaba la plancha fija en una misma sección de pelo

—Ah, si, si. Lo siento— Carcajeó y volvió su vista a mi cabello mientras continuaba pasando la plancha por diferentes secciones

—Esto fue muy mala idea. Me dejarás calva— En estos momentos estoy lamentando haber aceptado que sea Sebas el que me planche el pelo

—No seas exagerada amor, Mira...— Levantó una parte de mi cabello —Termino con esta y ya estás lista.— Deje salir el aire por la boca dándome cuenta que ya casi estamos terminando de todo este horror. Pasaron un par de minutos luego de ello —Lista.— Desconectó la plancha y la dejo en el tocador

—Nunca había tenido el credo en la boca como hoy— Me Puse de pie y tome un cepillo para acomodar mi cabello —De todas formas, gracias. Pero jamás volveré a requerir de ti para este tipo de cosas

—Nunca digas nunca.— Dejo un beso en mi mejilla
—¿Salimos ya?

—Adelántate— Dije mientras miraba mi rostro en el espejo

—Bueno, no tardes que en 10 minutos salimos al
aire— Me tomó del mentón haciéndome girar la cabeza y mirarlo a él ahora. Acercó sus labios a los míos y beso de ellos por unos segundos —Por cierto, ese vestido se te ve hermoso como todo lo que te pones.

—Hmm— Deje un pico en sus labios —Gracias, ya me termino de arreglar. Adelántate ya — sonreí y lo observé salir de su camerino dejándome en el

Tomé mi labial una vez más y me lo coloqué ya que gracias a Sebastian se desordeno todo.

La puerta del camerino se abrió una vez más y no observé quien era pero supuse que era Sebastian una vez más.

—Sebastian, se que no puedes vivir sin mi ni un segundo pero ya te dije que salía en un segundo— Rode mis ojos

—Mira nada más...— Una voz femenina muy conocida me hizo darme la vuelta despacio y mirarla —Así que tú eres la misma que se revuelca con mi esposo, me lo espere de todas las mujeres que lo rodean ¿Pero de la pulcra Fanny Lu?— Movió su cabeza de manera horizontal un par de veces mientras hacía un sonido con su lengua y paladar sonoramente —¿Tan poco te quieres para ser la segunda?— Entro al camerino cerrando la puerta detrás de ella