8. No puede ser

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Siete meses han pasado desde que llegue a Canda, fueron siete meses llenos de emociones

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Siete meses han pasado desde que llegue a Canda, fueron siete meses llenos de emociones. Por un lado, estaba la tristeza de pasar separados el cumpleaños de mi mamá y de ver a Ivy presentar su primer desfile y no poder estar ahí en primera fila. Por otro lado, estaba mi nueva familia, me habían llenado de tanto amor que opacaba un poco mi desconsuelo. 

¿Qué tan triste es que mis nuevas mejores amigas tengan siete años? No podía creer que ninguna niñera se haya quedado con ellas cuando a mí me han dado tanto cariño. Son unas niñas increíbles.

Ahora... Todavía no veo a Charlie. Después de meses de hacer hiking, llenarme las uñas de tierra, caminar por todos los bosques, ir a pasear a la playa o sentarme en un parque para ver si por un milagro del cielo aparecía, Charlie posteo una historia de Instagram donde decía que claramente está viviendo en Los Angeles. Calcule un poco mal el destino, ups...

Cuando inicie con el plan muchos meses atrás me dije a mí misma de que si me surgía este problema pediría el cambio de familia y me iría donde sea que el este. Las cosas han cambiado mucho ahora. De solo pensar en dejar a Maya y Zenia hace que me duela el pecho. Sé que en algún momento tendré que dejarlas, no puedo ser su niñera por siempre, solo que ahora no estoy lista para irme. Voy a esperar a que termine mi año aquí y recién ahí me iré a Los Angeles. Por ahora estoy bien aquí con mis niñas.

En estos meses que me aventure a todas esas cosas también estuve recorriendo NB y me enamore poco a poco de esta ciudad. Cuando llegue en febrero el clima estaba bien, pero pasar el verano sin olas de calor fue como ser bendecida por el papa. Amo el verano aquí, ver la fauna silvestre o animales caminando por la calle, casi me da un ataque cuando vi a un oso hurgando en nuestra basura o la vez que un pequeño ciervo paso trotando a mi lado en una de mis caminatas, sentí que era Blancanieves.

Hace un mes me había conseguido mi propio lugar. Aunque amaba a mis pequeñas, una chica necesita su privacidad, yo quiero cantar a todo pulmón en la ducha sin que me estén haciendo burla la mañana siguiente o hacer amigos de mi edad, la última parte me estaba costando un poco pero llegaría ahí.

Mediados de septiembre y el aire del otoño ya se podía sentir, las hojas empiezan a caer de una forma tan bonita, ¿Por qué no se ve asi donde vivo? Todo aquí parece sacado de una película, sentía que en cualquier momento un director de cine gritaría corte en mi oído sacándome de mi ensoñación.

Hoy es mi cumpleaños. Cumplo veintiún años, la edad legal en Canadá para beber, asi que de camino a mi departamento, paso por una tienda a comprar vino para festejar. El chico que me atiende me regala un chocolate cuando le entrego mi credencial y se da cuenta de que cumplo años. ¿Puedo quedarme aquí para siempre?

Hoy Maya y Zenia me hicieron un pastel y pegaron globos por toda la casa. El pastel estaba horrible, el bizcocho estaba crudo y la crema derretida, pero me lo comí como si fuera un postre del Ritz porque lo habían hecho con mucho amor para mí. Fue muy divertido festejar con ellas, pero quisiera que Ivy estuviera aquí para salir de fiesta. Aquí no tengo amigos y me da un poco de vergüenza salir sola, asi que tomar vino en mi sofá será mi plan esta noche.

Soulmates || Charlie Gillespie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora