Strangers ✔️

17 |¿Puedo dormir contigo hoy?|

Faith

Glue - Melanie Martinez

Cerré los ojos y me recosté en el pequeño sofá de la sala. Las cosas parecían dar vuelta a mi alrededor y mis piernas no funcionaban con normalidad. Me sentía nerviosa, acelerada, extraña. Y lo odiaba. Traté de relajarme, pero aún me temblaban las manos. Estaba cansada de esto. Respiré hondo y tomé la pequeña pastilla azul esperando que pudiera solucionar lo que me estaba pasando.

Si solo tuviera un botón de apagado para toda esta mierda...

Extendí los brazos con cuidado y dejé salir el aire que estaba conteniendo. Lo sentí caliente, como si estuviera hirviendo por dentro. Me hice una bolita en mi lugar para poder aguantar el frío que estaba sintiendo y no morir en el intento. Me sentía agotada y mis ganas del disparate llamado vida eran nulas así que prefería enfermar a buscar una mantita en mi habitación.

Había sido mala idea.

Lo fue. Fue una mala decisión visitar aquel bar junto a Hannah y exponerme. Ni siquiera la había pasado muy bien a decir verdad. No después de enterarme que la había besado y que no había hecho nada para impedirlo. No éramos nada, no tenía el derecho de reclamar, pero... Sentía celos. Por alguna maldita razón que desconocía tenía celos. Estaba celosa de Clarke por tener la valentía de besarle. Porque yo ansiaba unir nuestros labios, pero era una cobarde.

Así que estuve toda la noche escuchando a Clarke quejarse de sus fracasos amorosos mientras yo trataba de no caer en los ojos azules que me miraban desde la distancia.

La maldita hasta me cantó Wish you were gay de Claud.

Fue difícil no sucumbir a la tentación, pero por suerte, mi orgullo fue primero. Ella me había invitado a un club para luego abandonarme. No solo una, sino dos veces. Entendía que no teníamos ningún tipo de compromiso; yo misma había pautado las reglas, y lo sabía mejor que nadie, pero no hubiese estado de más que mostrara interés en aclarar las cosas.

Aunque bueno, si no hubiese tenido la brillante idea de empezar a compartir con ella, nada de esto estaría pasando.

''Sili sirimis simplis discinicidis''.

¿Y qué si quería besarla y abrazarla como si fuese solamente mía? No habría problemas en fantasear con ello mientras ella no se enterara.

Admito que nunca me paré a pensar bien en las consecuencias que podría tener o en como la manera de ver las cosas podían cambiar al conocerla. Si le hubiese prestado mas atención a la razón que a mi estúpido corazón, ella no estaría en mi mente en este instante, y yo no me encontraría tan perdida en lo que respecta a mis sentimientos.

Mierda, en definitiva, fue una mala idea.

Resulta gracioso pensar en la forma en la que los roles se intercambiaron. La noche en la que nos conocimos, fui yo quien hizo el ridículo, sin embargo... Ayer ella fue quien cagó todo. Besó a Clarke, tomó hasta el culo y estuvo a punto de partirse los dientes mientras intentaba hacer un baile en una de las barras de Pole dance.