«Hannah debe enfrentar a Faith, la desconocida con la que tuvo un desliz la noche anterior y a quien le confió sus secretos más íntimos»
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Hannah
As it was - Harry Styles
Dejarla ir...
Sabía que en cualquier momento podría pasar, pero ¿Por qué debía ser en este? Justamente cuando todo estaba yendo bien. No mentiría, tenía pesadillas con este momento casi siempre, pero nunca pensé que dolería tanto.
Limpié las lágrimas que caían por mis mejillas sin control, no sabía cómo hacer para que dejara de doler. Me apresuré a dejar la casa con John sin siquiera preocuparme por mirar atrás. Escuché a mi madre decir que me alcanzaría al hospital en pocos minutos, preocupada.
Ella más que nadie sabía lo que Faith significaba para mí. Ella estuvo en mi situación una vez, ella es consciente de cómo se siente perder a la persona que más quieres en este mundo.
No podía hablar, no podía escuchar, no podía razonar. Siquiera podía respirar sin que el pecho me doliera como si alguien me estuviera desgarrando por dentro.
No fue hasta que llegué al coche de John que me di cuenta de que no traía zapatos y estaba horrible con la facha que me cargaba. Parecía vagabunda, y dudaba que me dejaran entrar en ese estado a verla.
Porque podría verla, ¿no?
-Ni siquiera me he bañado, debo apestar -comencé a reír, nerviosa mientras las lágrimas inundaban mis ojos.
Mi cabeza empezó a doler como el demonio, sentía un vacío en el pecho indescriptible. Sabía que debía prepararme para lo peor, pero no tenía idea de que enfrentarlo dolería tanto.
Cerré los ojos con fuerza y troné mis dedos intentando calmar los nervios.
-Todo saldrá bien, no te preocupes. -dijo John, sorbiendo su nariz. Parecía más una pregunta que una afirmación por su forma de decirlo. Él, de alguna u otra forma, sabía que no había futuro. Que este era el final, pero era mejor vendarse los ojos que aceptar la cruda verdad.
Le eché una miradita de reojo y aclaré mi garganta antes de hablar.
-Estoy en mi derecho para preocuparme -respondí, molesta, en un hilo de voz-. Ella es una de las personas mas importantes para mi. Fue como aquel rayo de luz que no sabía que necesitaba. Si ella ya no está, ¿qué será de mí? Pensé que sabía la respuesta, pero me equivoqué, John. No tengo puta idea -sollocé, encogiéndome en mi asiento.
El dolor en el pecho aumentaba cada segundo que pasaba, sentía los músculos tensos y unas inmensas ganas de vomitar.
Cada momento se repetía en mi mente.
Bueno o malo.
Debía preservar cada sonrisa en mi memoria para cuando ella no estuviera. Debía aprender de mis errores, empezar a exteriorizar lo que sentía por ella. No quedarme con las cosas dentro.
