Capítulo 10

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Kim MinJeong

Escuché através de las paredes las voces de ambas chicas, no podía mentir, Wendy tenía una voz increíble, pero únicamente Karina era quien me atrapaba, lo hacía con tanto sentimiento y se notaba lo mucho que se había esforzado, pasó tanto tiempo queriendo perfeccionar su voz, todas le hemos dicho lo hermosa que ya es, pero no era suficiente al parecer, si supiera lo que mis oídos escuchan.

Había intercambiado mensajes con JooHyun, fue tan amable conmigo, acepto de inmediato ayudarme.

Me parecía adorable que Karina y yo estuviéramos yendo por las posiciones contrarias a las que tenemos.

NingNing y Giselle no llegaron hasta tarde, estaban exhaustas y se largaron a dormir antes de que pudiera preguntarles su día, debido a la práctica de Karina y Wendy ambas se quedaron dormidas en mi habitación, ¿Dónde dormiría yo ahora?

Me quedé en la sala cocinando algo para las despiertas, no tenía mucho como opciones, así que hice ramen.

Cuando terminaron llegaron hacia mí contentas por el olor, de inmediato pusieron la mesa para que comieramos. Wendy debía irse cuanto antes, así que no pudo disfrutar todo su plato, la despedimos y seguimos solo nosotras dos, quizás ahora sí podíamos charlar.

-¿Cómo estuvo? - pregunté sin mirarla.

-¿Estuvo qué?

-La práctica. - aclaré.

-¡Ah! Sí, estuvo bien, creo que progresé, tiene consejos muy buenos. - Comentó con una sonrisa, se veía linda contenta.

-Deberías sonreír más Unnie.

-¿Huh? ¿A que te refieres? Yo sonrío todo el día. - frunció su ceño.

-Te ves más linda así. - expliqué finalmente mirándola a sus ojos.

Había pensado mucho sobre la conversación con NingNing, y sobre el comportamiento de las dos restantes, pero aún no estaba segura de nada, ¿Tenía interés en mi o en Giselle? ¿Que pasaba por la cabeza de NingNing? ¿Por qué nadie me decía nada concreto?

Es desesperante.

-Ah... lo haré más seguido entonces. - asintió y volvió a su comida.

No abrí más la boca hasta que terminamos de comer y lavar los platos, pues había recordado que mi cuarto no podía usarlo. Karina entró a su habitación mientras yo me acostaba en el sofá, ella se acercó a mí de brazos cruzados antes de cerrar su puerta.

-¿Qué? - pregunté confundida.

-Levanta tu trasero y ven a mi cuarto a dormir. - Ordenó, o al menos así parecía.

-No yo... no quiero molestar, estoy bien así. - Hablé nerviosa.

- No volveré a decirlo, entra allá o yo dormiré en este suelo. - Dijo sin cambiar su semblante serio, así daba miedo.

Obviamente no quería que durmiera en el frío suelo, y tampoco parecía querer cambiar su opinión, así que tuve que levantarme.

Entramos a su cuarto, el olor era únicamente de Karina, lo cuál fue extrañamente agradable, entré al baño para cambiarme pero recordé que no tenía mi pijama aquí.

-¿Que pasa?

-Nada, nada. - Aclaré cabizbaja.

-Toma. - dijo extendiendo su mano con una polera larga y blanca, por su mirada entendí que no podía rechazarla, así que entre al baño y me cambié.

Involuntariamente, o eso creo, dejé que su polera inundará mis fosas nasales de su agradable olor, ella usaba un perfume tan amable de gusto. Negué con mi cabeza repetidas veces después, sin siquiera admitir mentalmente lo que estaba haciendo. Comportate por favor.

Salí del baño ya cambiada, ella también lo estaba, ahora solo faltaba el próximo paso, acostarme allí, junto a ella.

[...]


Russian Roulette | Winrina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora