En toda su vida, a pesar de ser corta, había descubierto de qué estaba hecho el mundo. Conocía el lado bueno y el lado malo. Los tipos de trabajos, la cantidad de especies que existían en los diversos planetas. Sabía lo duro que era vivir y tener que vivir para ganarse el dinero y poder mantenerse él mismo.
Siempre estuvo solo. No conocía a sus padres. No tenía hermanos. Desde que tenía uso de razón estuvo trabajando en diversos lugares para obtener cierta migaja de pan. Sin embargo, a su corta edad, la saciedad a veces no tenía límites.
Era un niño. Un niño que no tenía padres, que jamás encontró esperanza y solo se resignó en trabajar para satisfacer las mínimas necesidades básicas de todo ser: hambre, salud y techo.
Y eso que en la mayoría solo llegó a satisfacer uno.
La comida.
No tenía nombre. Al no tener padres, no le pusieron nombre. Aunque los demás lo llamaban Zareen por el color amarillo de su piel. Era medio dorado.
Fue a la edad de cinco años que entró al mundo laboral para trabajar. Y casi en todos siempre salía con alguna herida en el cuerpo. Así era la vida en este mundo. Si querías tener algo, debías de recordar que existía un coste de oportunidad.
Aunque sufría mucho de maltrato laboral en este cabaret, tuvo que seguir soportando todo el dolor para poder sobrevivir. Este cabaret era el único lugar donde le daban un sueldo aceptable. Conseguir personas para entretener al público no era fácil de encontrar.
Y les agradecía mucho a las deidades de diferentes especies por haber encontrado a aquella mujer peliazul. El dinero que le había dado le serviría por unos cuantos meses.
Volvió a ver la carta que tenía en su mano.
No necesitas seguir trabajando para este bárbaro. Puedes liberarte de esta prisión.
Aquí tienes dinero suficiente para tus alimentos, vestimenta, y encontrar un lugar donde dormir.
No te preocupes por mí, tengo un as bajo la manga para poder comprar mi interruptor.
Cuídate mucho.
Bulma
Sonrió con felicidad nuevamente. Alzó la mirada para ver al hombre del bar sirviendo cocteles a los clientes. Optó por sentarse en la barra y pedirse un gran vaso con agua.
Antes, él, como trabajador, tenía prohibido pedirse, tomar o comer algo de este cabaret. Su jefe se lo había prohibido. La última vez que tomó un pan para poder saciar el hambre que estaba desquiciando su estómago, se ganó una herida en la mejilla.
Sí. Aquella que preocupó a la señorita Bulma.
Esperaba que ella y su pareja pudieran encontrar lo que tanto estaban buscando.
No todos corren con la misma suerte.
A él...
Le hubiera encantado llegar a conocer a su familia, saber de que especie era, conocer a los demás de su especie, tener una vida digna...
Como cualquier niño.
Pero no todos tienen esa dicha.
Él no lo tuvo.
Agradeció al su compañero laboral que le entregó el vaso de agua. Sin esperar más, con sus pequeñas manos amarillas, agarró el vaso y lo bebió todo.
Sin dejar ninguna gota.
Que deliciosa se sentía el agua. Por fin había tomado un vaso lleno de agua. Por fin había sentido el sabor completo del agua.

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Turn me on
FanfictionBulma fue capturada y convertida en un androide para matar al príncipe de los saiyajins, Vegeta, por órdenes de Freezer. Lo que no tuvieron en cuenta es que al ser un androide, ella también tendría sentimientos que le jugarían una mala pasada ¿Logra...