Capítulo 10

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"¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!" Gemía Vegeta sin cesar, ver a la peliazul lamer sin mesura su virilidad, lo estaba llevando al límite.

Habían pasado tres horas desde que habían empezado, y aún no se detenían, ninguno de ellos quería hacerlo.

Lo habían hecho en todos los lugares, desde los sótanos de la nave hasta el ala de navegación; en el comedor; en los baños; en los dormitorios; no había lugar en el que no lo hayan hecho.

En esas tres horas, aparte de tener sexo, habían hablado de ellos (cosa sorprendente para él porque nunca hablaba con nadie), hablaron de cómo eran sus vidas antes de encontrarse, cuáles eran sus planes, qué hacían... Le habló sobre sus labores en Vegeta-sai, la relación que tenían con Freezer, entre otros, que, aunque sabía que estaba mal y no debía hacerlo, no pudo evitarlo...

Y luego de hablar por unos ratos, volvían a lo que hacían antes...

"¡Ah!" Gruñó fuertemente al sentir cómo Bulma empezaba a chupar sus testículos mientras acariciaba delicadamente su cola. Lo devoraba como si de un dulce se tratara, podía sentir cómo toda su esencia y saliva quedaba impregnado en él, desde la punta de su miembro hasta las dos esferas que formaban su masculinidad.

Sin poder más con el placer, agachó la cabeza al sentir cómo ella empezaba a masturbarlo mientras chupaba sus testículos. El placer se apoderó de él, lo derretía y generaba que su cuerpo temblara ante su tacto.

No pudo evitar soltar un gruñido fuerte de placer al sentir cómo ella empezaba a hacerlo más rápido "¡Ah! ¡Ah! ¡Bulma!" Gruñía como una bestia en celo.

Apretó fuertemente sus manos en las patas de la silla donde estaba sentado, sentía perfectamente la lengua de la peliazul subir y bajar por todo su miembro, desde la punta de este hasta sus delicados testículos.

Simplemente lo estaba desquiciando...

Iba a gritar de placer al sentir cómo estaba apunto de venirse; sin embargo, sitió cómo la peliazul dejaba de un porrazo todo lo que estaba haciendo. Alzando su cabeza y mirándola expectante, intentó hablar, pero fue parado al sentir uno de sus delicados dedos posarse en sus labios.

"Tranquilo, monito. Sería mejor si te vinieras dentro de mi" Quitó su dedo de sus labios e inmediatamente se sentó en él, y entró en su cavidad lentamente...

"¡Ah!" Gritaron ambos al unísono mientras entraban en cada uno.

Una vez que Bulma sintió todo el miembro de Vegeta dentro de ella, empezó a montarlo y moverse lentamente. Quería disfrutar del momento, tenerlo grabado en su memoria, y no olvidarlo nunca...

Sentía cómo él tocaba sus piernas y sus muslos con posesividad, lamía desde su cuello hasta sus pechos sin parar, mientras su cola se enrollaba en su cintura con posesividad.

Empezó a moverse un poco más rápido, ella también estaba volviéndose loca de placer al ser ella la que dominara el momento. Tenerlo sumiso ante ella la excitaba más de lo normal, escuchar cómo rogaba por más, cómo no quería que parara, era un elixir que no quería dejar nunca.

No sabía cuantas veces Vegeta se había venido en ella, había sido en varios lugares donde había derramado su esencia, desde su boca hasta sus pies...no le importaba...solo quería seguir sintiéndolo dentro de ella y con ella...

Gemidos empezaron a salir de ambos al sentir cómo sus miembros se movían con más rapidez, las manos de ella se apoyaban en los ancho y masculino cuello de Vegeta, mientras él seguía enterrando su rostro en sus pechos y gruñía sin parar.

Sintiendo cómo él agarraba su trasero y la ayudaba con el trabajo, empezó a profundizar más las penetraciones, más fuerte, más rápido, más rudo...

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