Twin Riders

Recuerdos y amistad

Eragon se había tomado el día libre por petición de Arya y habían salido junto con Roran y Katrina a dar una vuelta por la ciudadela.

-Le pusiste Reino de Broms por tu padre cierto -Dijo Katrina mientras sostenía el brazo izquierdo de Roran.

-Si, quería tener algo que me hiciera recordarle, y fue en esa temporada, cuando llegamos a este lugar sin nombre -Respondio Eragon con la vista fijada en el suelo.

Arya apretó mas fuerte su mano en señal de apoyo y el levanto la mirada para sonreírle, pues la muerte de Brom aun lo afectaba profundamente, pero los niños eran un buen método para superarlo, aunque en ese momento estuvieran en el castillo con Ismira.

-Si, superar la muerte de un padre es muy difícil, sobretodo si muere de manera trágica, en fin, Eragon, no podemos cambiar nada, lamento haber sacado este tema tan triste en un día tan alegre - Volvió a decir Katrina mientras se secaba una lagrima solitaria.

-No importa, ambos necesitamos sacar esto ahora que podemos -Dijo Eragon mientras le sonreía tímidamente.

Bajaron por una pendiente hacia la plaza de mármol pulido, y se sentaron en bancas frente a la fuente con forma de Saphira que se levantaba en el centro de la plaza y esperaron pacientemente mientras Roran le contaba a Eragon lo mucho que había cambiado Alagaësia desde que se había ido, Katrina y Arya compartían consejos sobre el cuidado de niños y en el horizonte se podía ver a Fírnen, Saphira y los pequeños dragones sin nombre.
No esperaron mucho tiempo cuando Murtagh y Nasuada llegaron, Eragon señaló un restaurante y todos entraron, una joven muchacha de cabello rojizo en un vestido que también era uniforme, les tomo las órdenes y luego se retiró al interior de la cocina.

-Realmente me sorprendió que nos invitaras a comer hermano, pero sobretodo que hicieras un día libre para hacerlo -Murtahg fue el primero en hablar, seguido por Roran.

-A mi también me sorprendió, pero sobretodo cuando dijo que dejáramos a los niños al cuidado de los elfos, pero supongo que así podemos hablar con mas libertades.

-Solo espero que no hagan de la habitación un campo de batalla, después de todo son hijos de guerreros -Dijo Katrina mientras las otras dos mujeres asentían y se reían.

-Espero no llegar y encontrarlos haciendo magia o algo así, aunque ya no me sorprendería en lo más mínimo -replicó Eragon divertido.

-Quizá debí de haber dejado algunos hechizos activados, por protección, de la niñera claro -Sugirió Arya con una sonrisa traviesa y los demás rieron ante el comentario.

-Pero ya, hablando en serio, Eragon, ¿Despegado de sus hijos? Eso si es algo novedoso.

-Mira quien lo dice, el que cuando Ismira comenzó a caminar no quería ni que le diera el sol, y no puedes negarlo Roran, Katrina fue testigo.

-Y eso que no estuviste cuando Nähri quizo jugar con ella, ¡se puso verde de celos! -Dijo Nasuada a Eragon a punto de estallar en carcajadas.

-¡No es justo! ¡Se unieron para reírse de mi! -Respondio Roran con un leve rubor en las mejillas

El grupo siguió conversado vivamente, compartiendo experiencias y riendo (Sobretodo de Roran), hasta que llego la comida, la cual consistía en un gigantesco Nagra con menta, miel y otras especias, tenía un aroma exquisito y llegaba hasta lo mas profundo de la mente, nadie podía distinguir si embelesaba el sabor de la carne o el sidra en que se marinaba.
Comieron rápidamente pues habían muchas cosas de las que querían hablar y poco tiempo, ya que pronto tendrían que volver a hacerse cargo de sus responsabilidades en el imperio.
Al terminar su comida, volvieron a salir y se dirigieron al campo de entrenamiento donde la mañana anterior había estado enseñando rimgar a los jinetes, a quienes para su sorpresa encontró ahí practicando, y pensó que sería una buena instrucción que lo vieran peleando contra Murtagh y Roran, así que los llamo para que sé acercaran e hicieron el hechizo para evitar que las espadas cortaran.