Precio

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Si bien nadie decía nada el ambiente en el castillo era mas que tenso, después que Krysthell se desmayara los mellizos no habían vuelto a mostrar la cara en ningún lugar en donde estuviera Elska, faltaban a los entrenamientos, no comían con los demás y ni siquiera dormían en su habitación, Eragon estaba harto de esa situación y tenía un anuncio muy importante que dar al reino y no podía hacerlo con los príncipes herederos en quien sabe donde, así que desesperado fue con Saphira.

Ocupo tu ayuda no he podido encontrar a los mellizos

Lo lamento, pero no puedo ayudarte, Kira y Akira cerraron su mente y nisiquiera yo se donde se encuentran

Tch, siempre buscando problemas ese par, no tengo opción, le diré a los guardias del castillo que busquen a mis escurridizos hijos

Saphira se apartó de su mente divertida y Eragon se dirigió hacia el comedor.
Cuando atravesó las enormes puertas de roble ya todos estaban ahí comiendo pacíficamente, cuando de pronto dos pares de ojos rojos le llamaron la intención de inmediato:

-¡Kira, Akira! ¡Ya me imaginaba que ustedes dos le harían segunda a aquel par! Devuelvan esa comida, si los mellizos tienen hambre tendrán que venir por su cuenta -Grito Eragon furioso mientras fulminaba con la mirada a los dos dragones, los cuales se veían ligeramente arrepentidos.

No podemos hacer nada, Krysthen y Krystopher nos lo pidieron de favor

-Díganles a ambos que mas les vale que se aparezcan aquí o yo en persona iré a buscarlos, y creo que recuerdan lo que paso la ultima vez que fui por ellos -Dijo de nuevo y se retiró ante la mirada atónita de todos los presentes.

Eragon entro en su oficina y se encerró ahí, no recordaba haber estado más furioso antes, tomo el primer documento de la pila que tenía enfrente y empezó a trabajar, no quería ver a nadie y esos informes ya estaban ahí desde hacía tiempo, así que empezó a leerlos.
Arya había intentado razonar con el un rato después de que había empezado pero el le había pedido que lo esperase en la habitación y cuando el hubiera acabado con su trabajo como rey hablaría con ella mas tranquilo. Lo ultimo que quería era gritarle con su enojo. Tomo una pluma de un cajón del escritorio y la sumergió en tinta negra al tiempo que leía los documentos y luego los firmaba y sellaba, estuvo así buen rato y no encontró nada nuevo, o eso pensaba hasta que llego a cierta hoja en la que los guardias de las puertas del reino informaban la entrada ilegal de una persona sospechosa la cual no se identificó y llevaba un dragón café consigo. Eso le llamo la atención, el no recordaba ningún dragon cafe de entre sus alumnos pasados ni entre los actuales, tal parecía que había entrado a la ciudad por el cielo y cuando los guardias lo intentaron seguir desapareció por las montañas. Eso le recordaba algo ¿Que había en las montañas? le sonaban de algo, algo de hace mucho tiempo, y entonces recordó. Los mellizos, tenían una casa del árbol ahí donde jugaban muy seguido de pequeños y cuidaban animales huérfanos, ahí es donde debían estar, y también el sospechoso del dragón café.
Salto de la silla y corrió a encontrarse con Saphira, tenia que encontrarlos, podían estar en peligro y si algo les pasaba, a cualquiera de los dos jamás se lo perdonaría ni como rey ni como padre, se topó a Arya en el camino y le contó rápidamente todo, esta se llevo las manos a la boca y con ojos llenos de miedo corrió a buscar a Fírnen.
¿Que harían si los mellizos estaban en peligro?.

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