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Hayley, su nombre resonaba en mi cabeza.

Esa chica de estatura mediana que casi me sobrepasa el cuello, había de admitirlo, esos ojos, eran para arrancárselos y ponerlos en exhibicionismo.

Pero ninguno se compara como con los de Nash, es una especie inhumana la verdad.

-Al parecer conociste a la nueva.- comentó Cameron una vez que comenzamos a jugar a la PlayStation.

-Sí, es agradable.

-Agradable y virgen.

-¿Y qué tiene que ver?

-¿No piensas tirártela encima, Espinosa? Enserio, debes recobrar tu vida amorosa.

-Cierra la boca antes que haga que te comas el joystick.

-Tranquilo, sólo decía.

-¿Y cómo sabes toda tu vida?

-Internet, Matthew- sacó un papel del bolsillo de su pantalón en el cual había algo anotado- Hayley Fogelberg. Diecisiete años, soltera. Padres divorciados. Madre griega y padre estadounidense. Nació en Charlotte, Carolina del Norte el veintitrés de octubre del noventa y siete.

-¿La acosaron o qué?- lo miré estupefacto pausando el juego.

-El internet hace magia, Matt. Encuentras muchas cosas.

-Claro. Como la otra vez que Nash encontró una página de ventas clandestinas de monos.

-Exactamente lo mismo.

Hayley

Ese chico, debía admitirlo, era lindo estar con él. Sino hubiera aparecido ahí, hoy no hubiera llegado a la escuela sana y salva.

Al partir de su casa, caminé dos cuadras más hasta llegar a la mía.

Observé la entrada del garaje, mi padre había llegado. Puse la llave en la puerta dándole dos giros hasta que logré entrar.

-Hola, Hay.- me saludó mi padre.

-Hola, papá.

-¿Cómo fue tu primer día?

-Bien, conocí a los de mi clase y... debo estudiar.

-¿A partir de ahora?

-Luego te cuento, iré cambiarme de ropa.- dije desde la punta de la escalera.

-De acuerdo, pediré comida china.

-¡Ok!- dije subiendo.

Al entrar a mi habitación, todo seguía oliendo a nuevo. Me costaría acostumbrarme a Detroit, no era una ciudad a la cual estaba acostumbrada. Siempre había estado en Carolina del Norte hasta el divorcio de mis padres hace un año.

Quedé en tenencia de mi madre, viviendo con ella en Portland, pero por temas judiciales, quedé al cuidado de mi padre. Transfiriéndome a Detroit.

[. . .]

Media hora luego de estudio, llega la comida y bajo a comer al comedor.

Los temas de conversación con mi padre eran muy variados, pero cuando se determinaba "Tema de chicas", el tema era cambiado a otro.

-¿Tienes idea a que universidad asistir?- preguntó en medio de la cena.

-Pensaba en Stanford, o en la de Washington Central.

-Quedan algo lejos, Hayley.

-Lo sé, pero podré tener un buen futuro asegurado.

-Cierto. Y, ¿novios?

Me quedé totalmente sorprendida. Ese tema jamás había sido tocado.

-Emm,- comencé a ponerme nerviosa- Por el momento nada.

-¿Segura?

-Claro que sí, si pasara te lo diré.

-Esa es mi niña. Y... todavía,- suspiró- ¿Ocurrió?

-¿Ocurrir qué?

-Tensión entre un chico y una chica.

-¡Por favor, papá! Me quitaste el apetito ahora.

-Perdón, sólo era una pregunta.

-Algo apresurada.- me levanté- Escucha, sigo siendo virgen y creo que hasta los ochenta lo seré.

-De acuerdo, esperemos que sea así.

[. . .]

Kendall: "Se lo conté a Courtney, casi muere de la risa." (23:34 pm.)

Hayley: "Casi muero de la vergüenza cuando me lo contó" (23:24 pm.)

Kendall: "CAMBIO DE TEMAA. ¿Algún chico?" (23:35 pm.)

Hayley: "La verdad que no." (23:26 pm.)

Kendall: "Eres mala mintiendo, Fogelberg. "(23:26 pm.)

Hayley: "Sólo un chico que me rescató de casi ser rescatada de un accidente de tránsito." (23:27 pm.)

Kendall:" intereSANTE, ¿CASI TE PISA UN AUTO?" (23:28 pm.)

Hayley:" Algo así, pero de suerte estaba él o no te estaría hablando en este momento." (23:28 pm.)

Kendall: "MAMÁÁÁ, EL FANTASMA DE HAYLEY ME ESTÁ HABLANDO. ¡I NEED HELP!" (23:29 pm.)

Me desconecté de Whatsapp para que siguiera pensado eso.

Ese chico, todavía seguía en mi mente...

She made me smile again.| Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora