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-Tema de chicas.- me defendí.

-Y que también me hayas preguntado de convierte en un tema de chicos además.

-Terminemos de ver la película y listo.- dejó el tema de lado y seguimos viendo la película por media hora más.

Al tenerlo al lado, no sé, un zoológico sentía dentro mío, pero cuando tomó mi mano; una erupción volcánica ocurrió.

-¿Pretendes contestarme?- preguntó casi en un susurro.

-Algún día lo haré.

-¿Y si es hoy?

-Matt, enserio, te estas pasando.- le advertí.

-Lo siento, sólo... no me pasó esto desde hace cinco años.

-¿Ocurrió algo?

-Como dijiste tú... más adelante lo sabrás.

« Ayúdenme. »

-Iré al baño, enseguida regreso.- anuncié para salir de esa situación.

Subí rápido las escaleras para encerrarme en el baño a lo cual llamé a Kendall.

-¿Hayley? Que sorpresa tan sorprendesedora.

« ¿Y esa palabra? »

-¿Recuerdas al chico que te hablé la otra vez?

-Sí, Matthew Espinosa, lo recuerdo. ¿Qué ocurre con él?

-Larga historia. Mi padre trabaja con su madre, él se queda hoy conmigo y... es lindo estar con él, pero... ¡No sé!

-Aww, nuestra pequeña Hayley se enamoró.

-¡Deja de bromear! Es enserio.

-¿Qué te gusta?

-No,... ahora, pero no importa. Dime que hacer, amiga.

-Aaron hizo una vez lo mismo cuando me conoció, así que... síguele el juego.

-No soy tan puta como tú, Beúf.

-¡Hey! Aprendiste a decir mi nombre en francés, un nuevo progreso.

-No sirves de nada, bien, seguiré tu consejo.

-De acuerdo, como quieras. No quiero ser tía tan rápido.- reímos.

-Adiós, Kendall.

-Adiós, Hay.

Apagué mi teléfono y al salir del baño todo se volvió oscuro.

Ay, no. ¡Por favor, no!
Se cortó la electricidad, voy a morir, literal.

Tuve una especie de fobia de pequeña cuando se iba la electricidad. Y era lo más detestable.

-¡Matt!- comencé a llamarlo- ¡Matt!

Por favor, que no se haya ido.

Comencé a bajar despacio las escaleras sin resbalarme, lo que faltaba. Una cabeza abierta por caerme de la escalera.

-¡Matt!- seguí llamándolo.

Llegué a la ventana que daba a la calle, y todo estaba oscuro.

« No, no, ¡Hayley, ni se te ocurra llorar! »

Y sí, varias lágrimas salieron de mis ojos esparciéndose por mi cara.

-¡Matt, responde!

Y la respuesta seguía siendo nula.

-¡Bien, no besé a nadie en mi vida, pero por favor responde!- iba diciendo entre sollozos cuando me acercaba a la cocina.

Saqué mi teléfono y comencé a llamar a mi padre.

-¿Hayley? ¿Qué ocurre?

-Se cortó la electricidad- dije entrecortada- Y Matt no sé dónde esta.

-Ay, cielo, de seguro debe estar en la casa. Enseguida llamaré para que arreglen eso.

-¿Llegarás tarde?

-Mucho más tarde, a eso de las tres de la mañana tal vez. Hay mucho trabajo que hacer.

-Bien.

-Por lo tanto Matt se quedará contigo esta noche. Su madre y yo debemos seguir trabajando y su padre está de viaje.

-De acuerdo, te quiero papá.

-Yo mucho más, Hay. Nos vemos.

Corté la llamada y decidí salir a la calle por si había salido sin antes haberme puesto mi abrigo.

Caminé hasta llegar a el borde de la vereda sentándome allí.

-¿Qué haces afuera, Hayley?- miré detrás mío y el mismísimo Matt estaba ahí.

Lo abracé y... otra vez volví a llorar.

« Enserio, ¿¡Por qué carajo lloro!? »

-¿Dónde estabas?- le pregunté.

-Fui a mi casa a buscar mis cosas. Me quedaré contigo esta noche.- dijo y observé su mochila de clases y su bolso con ropa.

-Bien- sonreí- Entremos.

-Y por alguna casualidad, ¿Admitiste que no besaste a alguien?

Lo miré petrificada, ¿Me oyó?

-¿Cómo sabes eso?

-Antes de que me fuera te hoy. "No besé a nadie en mi vida, pero por favor responde"- imitó mi tono de voz.

-¡Yo no hablo así!- contraataqué.

-Pero lo dijiste.

-Cierra la boca y entremos.

[ . . .]

A eso de media hora, la electricidad volvió.

Y al genio de Espinosa se le ocurrió que estudiáramos.

-Odio historia, lo haré y siempre la odiaré.- dijo sentado en la silla de mi escritorio.

-Si le prestaras un poco de atención lo entenderías. No es tan complicado.

-¿Y por qué debo aprender todo esto? A nadie le interesa lo que ocurrió antes.

-Pero dentro de cien años si aparecieras en un libro alguien se hará la misma pregunta.

-Touche.

-Debemos estudiar la Segunda Guerra Mundial.

-¿Enserio? Al menos me sé que alguien se llama Hitler, mucha información para mi.

-El Tercer Reich, las mujeres de los comandantes, la Gestapo, el Holocausto, los ejércitos alemanes a quienes atacaron, lo que pasó después de la derrota de Alemania y... las SS.

-A Hayley le gusta historia.

-Y la Segunda Guerra Mundial.

-No me sorprende.

-¿Por?

-¡Tienes un estante lleno de esos libros!- señaló a mi biblioteca.

-Y que me guste leer tampoco implica nada.

-¿Apostamos?

-De acuerdo.

-Leeré uno de tus libros a cambio de un beso tuyo.

« ¿Quéééééééé? »

-¿¡Estas demente!?

-Mentira, leeré sólo si me ayudas con historia.

-Déjame pensar- me hice la pensativa- Trato echo.

She made me smile again.| Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora