Capítulo 15

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Por un nanoklik, hubo una pausa llena de tensión. Entonces la Cámara del Alto Concejo estalló en un revoltijo de reacciones: gritos escandalizados de los Jefes de Gremio que no podían creer que el Concejo estaba cediéndole tal responsabilidad a un recolector de datos desconocido; fuertes vítores de otros compañeros de Orion Pax; una avalancha de veneno de los gladiadores que habían viajado desde los Páramos anticipando una coronación como ninguna otra para su líder Megatron.

Orion Pax se quedó paralizado. Miró a su alrededor, incapaz de procesar la grandeza de lo que había acabado de pasar. ¿Optimus Prime? ¿Era él ahora Optimus Prime?

¿Qué bien habría hecho un recolector de datos para ser llamado Prime e ir en búsqueda de la Matriz del Liderazgo?

Tan pronto como formuló la última pregunta, otra llegó a su mente: ¿Qué derecho tenía él de rechazarlo?

El Alto Concejo mantuvo su saludo por un ciclo completo, entonces lo dejaron y dieron un paso atrás para quedar detrás de sus podios – excepto Ratbat, que se quedó frente al suyo. Halogen golpeó su mazo pidiendo órden, y le hizo una seña a Optimus Prime para que caminara hacia adelante. “En tiempos de gran necesidad,” dijo sobre el tumulto de voces que se desvanecía lentamente, “Cybertron abre sus brazos a aquellos en los cuales la chispa de la grandeza arde auténticamente. Optimus Prime, tú debes guiarnos a través de los tiempos turbulentos que están por venir.”

Optimus Prime se acercó al podio de testimonios. Cuando llegó a él, muy consciente del intenso escrutinio en el que se encontraba, hizo una pausa. Entonces dijo, en el único tono de voz que pudo pronunciar, “Pero no soy digno de esto.”

“Qué buen espectáculo de humildad,” dijo Megatron. Su voz tenía un tono bajo, un gruñido destinado sólo a Optimus Prime, quien lo miró, sorprendido. No se había dado cuenta de que Megatron había caminado hasta el podio con él.

“¡Qué buen espectáculo de humildad!” dijo Megatron de nuevo, esta vez más fuerte. Se giró, quedando de frente a la tribuna. “¡Mi amigo Orion Pax vino aquí diciendo que quería ser un pacificador, que no quería que ningún acto de violencia llevara a cabo una guerra civil! Me pidió que viniera bajo el estandarte de la amistad y la confianza. Nos trajo a todos aquí llevando la falsa bandera de la reconciliación – ¡cuando lo único que estaba buscando era poder!”

Una tormenta de reacciones se produjo con el último grito de Megatron, sus seguidores se levantaron en las filas repletas de gente frente a los balcones, y los partidarios de Optimus Prime se concentraron en puntos opuestos a los de los seguidores de Megatron, en los balcones superiores, y debajo del piso de visualización.

Optimus Prime se giró y levantó sus brazos pidiendo silencio, instintivamente, no esperaba que funcionara – pero para su sorpresa, lo hizo. “Yo no quería esto,” dijo. “Y aún no lo quiero. Si pudiera elegir, seguiría siendo un recolector de datos, leyendo la información que llega a mi estación a través de la Red. Pero yo creo en Cybertron. Creo en la historia que leí siendo un recolector de datos. Creo en las historias que dicen que cuando Cybertron necesita a alguien, ese alguien siempre será encontrado, y que ese alguien iluminará la hora más oscura de Cybertron. No sé si soy ese alguien. Pero respeto al Alto Concejo, y respeto nuestras tradiciones, y si ellos dicen que soy yo… Trataré de cumplir el rol que esperan de mí.”

Bajó sus brazos y miró alrededor de la Cámara del Concejo. Entonces miró a Megatron.

“Hermano,” dijo él. “Tú crees en mí, ¿verdad?”

“Optimus Prime,” dijo Megatron. Pasó un buen rato en el que, bajo la mirada de Megatron, Optimus se sintió de nuevo como Orion Pax; sólo un funcionario que se había involucrado en eventos demasiado grandes para lo que él podía controlar, y demasiado importantes para lo que él podía comprender.

Transformers: Exodus (Traducción al español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora