Orion Pax miró hacia las estrellas, y entre él y las estrellas, a los puntos gemelos que representaban las bases lunares uno y dos. El otro objeto cercano a Cybertron, la estación Trypticon, estaba fuera del campo visual, en el otro lado del planeta. Caminó las calles y puentes en picada de Iacon, reflexionando sobre lo que había escuchado a Megatron decir.
¡La libertad es el derecho de todo cybertroniano!
Quizás. ¿Pero qué significaba la libertad? Si no hubiesen castas, si los cybertronianos no fuesen organizados y ubicados en líneas productivas… si todo cybertroniano simplemente decidiera lo que quería hacer, el planeta entero descendería al caos. Orion Pax recordó aprender que la libertad consistía en ser libre a contribuir en las tareas que eran apropiadas y necesarias en la casta en la que nacías. Las decisiones ilimitadas, más que llevar a la libertad, llevaban a una parálisis de confusión.
Esto lo había aprendido de… ¿quién, exactamente? Sentinel Prime nunca lo había dicho en voz alta, pero él había visto en ascenso del sistema de castas, conservando a Cybertron cuando la individualidad amenazaba con reducir la civilización de los cybertronianos en grupos contendientes.
¿A quién beneficia el sistema de castas? ¡A las castas más altas! ¿De quiénes viven las castas más altas? De ustedes.
Orion Pax subió una torre hasta una plataforma de observación desde la que podía ver todo Iacon. Los contornos de Cybertron, la expresión viviente de Primus, se arqueaban en todas las direcciones. Cañones que llevaban a su interior, donde el plasma brotaba desde el manantial en el centro de Cybertron hasta la superficie. Lejos, muy lejos al oeste, se podían ver las cúspides más altas de las Montañas de Manganeso. Hacia el norte, en el horizonte, estaba Six Lasers sobre Cybertron.
Pensando en el parque de diversiones, Orion Pax sintió un poco de enojo. Nunca había estado allí. Era protegido por las castas más altas. Sólo en raras ocasiones los cybertronianos de menor casta pasaban a través de sus puertas, y Orion Pax no había sido uno de esos individuos afortunados.
¡Los individuos saben lo que es mejor para ellos! ¿Quién más que yo puede saber lo que necesito? ¿Quién más que ustedes puede decidir lo que es mejor para ustedes?
Me gustaría ir a Six Lasers, pensó Orion Pax.
Pero si alguien caminaba hasta Six Lasers y exigía entrar sin importar nada, el parque estaría sobresaturado. Hacía falta órden. Y los individuos nunca impondrían órden sobre ellos mismos. ¿O sí?
Seguramente no. Los seres pensantes se agrupan y hacen decisiones para el bien colectivo. No todas esas decisiones pueden beneficiar a todo individuo.
Él estaba desorientado, dudoso de lo que debía pensar o sentir.
Lo que necesito, pensó Orion Pax, es una conversación que no suceda dentro de mi propia cabeza.
“Lo que deberíamos hacer,” dijo Jazz, luego de encontrarse con Orion Pax en el Maccadam’s Old Oil House, “es ir a Kaon y ver las peleas gladiatorias con nuestros propios ópticos.”
“¿Lo dices en serio? Son ilegales. Ni siquiera es legal ver una, no lo creo.”
“Eso no parece detener a ninguno de los que lo hacen,” señaló Jazz. Dejó su lata de visco vacía y le hizo una señal al bartender para que trajera otra. “Sabes, podríamos ir. Y si alguna autoridad nos descubre, si nos arrestan o nos interrogan, yo diré que es una investigación cultural. Eso es lo que hago, ¿sabes?”
Esto era una gran verdad. Orion Pax había conocido a Jazz porque era un investigador cultural, con el trabajo – más o menos – de darle sentido a todas las comunicaciones y otros datos que Orion Pax obtenía de la Red todos los días. Jazz llegó al Salón de Registros buscando ésta o aquella parte de la historia las veces suficientes para que él y Orion Pax cruzaran sus caminos regularmente. Habían desarrollado una amistad. Orion Pax estaba un poco intimidado por la actitud despreocupada de Jazz sobre la vida y la autoridad. Su casta era mucho más alta que la de Orion Pax, tanto que podría salirse con la suya en muchas ocasiones – pero también era cierto que Jazz estaba más interesado en escapar de cosas en las que Orion Pax jamás estaría involucrado. Cuando veía la más mínima oportunidad de romper las reglas, las rompía, y siempre un poco más de lo que era prudente hacerlo.
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Transformers: Exodus (Traducción al español)
Ciencia FicciónEn Cybertron, un planeta liderado por las castas, Megatron, un guerrero invicto, da voz a los anhelos silenciosos de las masas oprimidas - y abre la mente de Orion Pax, un insignificante recolector de datos, quien se convertirá en Optimus Prime. Lo...