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—¡Ackerman!— llamó la atención Erwin— Siéntate con nosotros.

El más bajo miró al rubio para después mirar el sitio donde siempre se sentaba y pensó en las consecuencias.

¿Qué importaba?

—Voy— contestó sonriendo,tomando asiento junto a Erwin y sus amigos. 

Se dispuso a hablar con el rubio de cosas banales y otras no tantas.
Aparentemente, Erwin brindaba ayuda a una gran cantidad de estudiantes en varias asignaturas y por ello siempre solía estar rodeado de personas. Levi no lo conocía demasiado; eran compañeros, más el cruce de palabras había sido mínimo.

—¿Y te pagan o algo así?— preguntó el más bajo.

—No. Desde pequeño me ha gustado ayudar y ahora que tengo oportunidad de hacerlo constantemente...—suspiró— me gusta.

—Eres como el hombre perfecto— el rubio rió. La palabra perfección solo podría definir al más bajo y su pareja.

—Oye, Levi, ¿y Jaeger?

Levi lo pensó. Se había olvidado completamente de él.

—Está con el equipo de fútbol— respondió sonriendo con cierta duda—. Debería ir a buscarlo, mi novio...

—Tu novio está justo aquí.

La gruesa voz de Eren hizo presencia a sus espaldas. Su rostro no tenía expresión alguna y de alguna forma a Levi le causaba gracia.

—Hola, bebé— saludó al más bajo con un beso en la mejilla y sentándose a su lado—. Hola a todos— habló después, dejando la mochila y el balón en el suelo, agarrando una patata del desayuno de Levi.

El mayor hizo una mueca con disgusto y con descaro tomó la corbata del uniforme de su pareja y le susurró:

—Que asco, estás sudado.

—Te voy a comer a besos— alzó el tono sonriendo travieso, para luego abrazar y besar al mayor.

Levi comenzó a reírse y quejarse. Todos sonrieron ante la tierna escena.

Ring, ring.

El timbre para entrar de nuevo a clases sonó y todos se despidieron de los novios yéndose a sus respectivas clases. Eren acompañó a Levi hasta su aula.

—Nos vemos, bebé— se despidió Jaeger rozando los labios del mayor.

Levi tomó la corbata de su pareja y acercó sus labios a su oído:

—No me toques sudado, Jaeger.

Eren repitió la acción.

—Parecías divertirte con Smith como si no tuvieras novio, ¿eh?— respondió deslizando sus labios hasta el cuello del mayor, succionando— Eres mío y hago lo que quiero con lo que es mío, Ackerman.

Eren se separó sonriendo y miró a Levi antes de irse para decirle:

—Te amo, nos vemos en la salida.

𝐎𝐱𝐢𝐦𝐨𝐫𝐨𝐧 ᵉʳᵉʳⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora