Levi no recordaba la última vez que había estado en un lugar tan alborotadlo de gente.
—Eren que bien que hayas venido a la fiesta— saludó Mikasa coqueta en cuanto la pareja llegó a su casa—. Hola Levi, no esperaba verte por aquí— siguió hipócritamente.
Perra, pensó Levi.
—Eren vamos a— sus palabras quedaron en el aire al darse cuenta que su novio y Mikasa ya no estaban ahí. Levi chasqueó la lengua y decidió ir a beber para olvidar al bastardo de su pareja.
Lo odiaba, odiaba a Eren.
Llevaba varios minutos sentado y el alcohol ingerido había empezado a hacer efecto, por lo que se animó a moverse y bailar.
El mayor empezó a mover sus caderas lentamente al ritmo de la música, sonriendo cuando sintió unos brazos rodearlo desde atrás y un pecho presionar contra su espalda.
¿Eren?, ¿qué Eren?
No le importaba quien era, solo quería disfrutar del momento, así que cuando sintió que la persona presionaba más contra su cuerpo mientras se movía al mismo ritmo que él, un cosquilleo recorrió su parte baja al notar ambas manos sobre su cintura.
Levi empezó a restregarse contra el cuerpo contrario, sintiendo la respiración de este sobre su hombro y unos labios haciendo contacto sobre su cuello.
Soltó un pequeño gemido cuando sintió algo duro presionar su trasero.
Sin poder aguantarlo más, el mayor se dio levemente la vuelta encontrándose con unos ojos azules y una mirada verde oscura a lo lejos.
La mirada de su pareja a lo lejos le hizo temblar y antes de que pudiera pronunciar alguna palabra, los labios del contrario chocaron con los suyos, disfrutando del beso.
Al abrir sus ojos, su mirada encontró al moreno de espaldas subiendo las escaleras con una chica de cabellos negros y bufanda roja. La sangre le hirvió.
—Maldito idiota— impactó su mano contra la persona que lo había besado y se fue tras su novio.
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—¡Mierda!— exclamó sin poder creerse lo que había encontrado en el baño.
Mikasa estaba completamente desnuda y con sangre cubriendo su cuerpo. Tenía cortadas por el cuello, los brazos y en el estómago una herida con la palabra "mío".
De nuevo su vista se dirigió al suelo donde se encontraba el cuerpo, tardó unos minutos en comprender y asimilar lo que estaba viendo, al percatarse, un mareo se apoderó de él.
—¡Alguien ayuda!— gritó fuertemente en la puerta del baño sin atreverse a entrar más— ¡ayuda!
—¿Levi?— habló Eren por los pasillos.
—¡Eren a-aquí!— su voz temblaba y el dolor de cabeza se hacía más fuerte.
—¿Levi estas bien?
—¡Ven, joder!, ¡ayuda!— un pitido en el odio se apoderó de él— ¡Mikasa está, e-está— el mayor cayó al suelo sin poder terminar; vio a su pareja y gente al rededor ajetreada.
El pitido se hizo más intenso y lo último que vio fue negro.
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—; Nota. Muchas gracias por el apoyo, espero que disfrutéis de este fic tanto como yo lo hago escribiendo. ¡Gracias!
