삼.

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—¡Levi!— gritó el moreno en los pasillos mientras corría entre los alumnos.

—Hmm?— murmuró desinteresado.

—Mikasa hará hoy una fiesta en su casa y me ha invitado— habló emocionado—, ¿te parece si vamos?

—No— el menor hizo una mueca—. Tengo cosas que hacer, Eren.

—¿Qué cosas hay más importantes que tu novio?— elevó el tono.

El más bajo chasqueó la lengua siguiendo su camino cansado de la actitud infantil de su novio; dejándolo maldiciendo y riendo como un desquiciado.

Al doblar la esquina, Levi rió. Le encantaba ver a Eren loco, loco por él.

—Eren parece muy buen novio.

—Quisiera uno así.

—Que envidia le tengo a Levi— voces femeninas murmuraban cosas parecidas.

—No durarán mucho— habló otra voz femenina soltando una carcajada.

La sonrisa de Levi se esfumó y paró al escuchar tal comentario.

—Esta noche estará drogui y me liaré con él. A ver cuánto dura la pareja perfecta.

—Mikasa no deberías, son pareja desde hace años— habló otra voz.

Una sonrisa melancólica apareció en el rostro del mayor. Dejó salir una pequeña risa y siguió su camino como si nada. Al final tendría que ir a la dichosa fiesta, ¿pero qué más da? Esta vez sí se divertiría.

[. . .]

Sintió como las esposas que lo mantenían preso en la cama le pinchaban las muñecas. Sus ojos lagrimeaban y no sabía si de dolor o placer.

El menor veía con adoración como la cera de la vela caliente caía sobre el abdomen marcado de su pareja; el color rojizo de los moretones que había hecho con su boca se veían más atractivos con la cera.

Con una sonrisa llena de malicia deslizó la cera por la cadera del mayor, viendo como su cuerpo se retorcía y encogía. Relamiéndose los labios, Eren tomó el miembro con su boca sintiendo como su pareja lo intentaba detener.

Levi saltó sobre la cama, desesperado, adolorido, quemado y excitado. Todo el cuerpo le ardía, anhelando que el menor le follara violentamente.

El moreno se puso de pie y apagó la vela con la que había estado torturando a su pareja y se permitió observarlo hecho una tremenda obra de arte.

Levi estaba destrozado. Su cuerpo estaba cubierto por marcas rojizas sangrando; y verlo tan indefenso con lágrimas le excitaba más. Quería verlo suplicar por ese dolor tan placentero.

—Bebé, ¿por qué no querías ir a la fiesta?— silencio— ¿qué te tenia tan ocupado si estás follando conmigo ahora?— elevó el tono sin respuesta— ¿qué mierda es más importante que yo?

El moreno se ubicó entre las piernas del mayor empezando con un vaivén lento sacando y metiendo hasta conseguir más velocidad.

Las embestidas comenzaron y con ellos los jadeos y gemidos.

Levi sentía como su cuerpo se mecía hacia delante y atrás sobre la cama, se sentía mareado, y el dolor era insoportable, pero cuando el ardor fue remplazado por placer, dejó caer su cuerpo para que Eren tomara el control que hasta ahora no había tenido.

—Eren, voy a ir a la fiesta.

Las embestidas eran más violentas y ambos estaban ansiosos, necesitados y excitados. Al final ambos llegaron al clímax.

—Mikasa dice que te liarás con ella— murmuró Levi—. Esta noche me divertiré, Eren.

El moreno rió.

𝐎𝐱𝐢𝐦𝐨𝐫𝐨𝐧 ᵉʳᵉʳⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora