Capítulo 10

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"¿Tienes tres litros de cianuro de hidrógeno?"

Lo único que sus sentidos podían percibir era el fuerte aroma a café negro y el calor recorriendo su pequeño cuerpo.

Quería irse.

-¿ Y cómo te sientes?- Preguntó aquella mujer de cabello recogido que en esos momentos cargaba con una pequeña libreta y su bolígrafo negro.

Silencio.

La psicóloga suspiró y dejó todas sus cosas de lado, prestándole plena atención al chico que estaba frente a ella.- Vamos, Tae. Sabes que puedes tenerme confianza y que este es un lugar seguro.

El castaño seguía callado, hecho bolita en los esponjosos sillones del consultorio, sus rodillas casi tocando su pecho.

-¿Has conseguido algún amigo?- Volvió a preguntar, intentando tener toda la paciencia del mundo con Kim.

Taehyung se tensó y comenzó a mirar sus manos algo nervioso.- Lo estoy intentando, y-yo hago lo mejor que puedo...

Le estaban pidiendo demasiado. Aún no entendía cómo es que sus papás lo querían obligar a tener amigos de la noche a la mañana.

Tener amigos era un proceso de meses y años de entrenamiento.

Años que él nunca tuvo y mejor dedicó a leer y jugar videojuegos.

La mujer desvió la mirada y acomodó el gafete que presumía de un "Kim Aerin" en negritas.- Ya lo sé, cariño, pero me dijeron que has estado comiendo en los baños de nuevo y tienes moretones por todo tu cuerpo. Tus papás creen que les estás ocultando algo... ¿Alguien te está molestando? - Cuestionó con ojos comprensivos, mirándolo directamente.

Taehyung se volvió a quedar callado y negó rápidamente con la cabeza.

Lo harían papilla si se atrevía a mencionar a Jungkook, aunque aún no haya demostrado ser un potencial peligro por no llevarle la contraria, no quería arriesgarse a ver qué ocurría si se digna a acusarlo.

Aparte de todo, nadie lo había golpeado desde que Jeon lo metió en su equipo.

Se aprovecharía de eso lo mejor posible hasta que encontrara la manera de ser echado.

Aerin se acomodó en su sillón aceptando resignada las vacías respuestas de su paciente.

No quería presionarlo y perder la poca confianza que había ganado con sangre, sudor y lágrimas por exigir una respuesta que sabía que no tendría.

-Terminamos por hoy, ¿Quieres que llame a tu mamá para que te recoja?- Ofreció la psicóloga, parándose y tomando su celular dispuesta a llamar a la mamá de Taehyung.

El chico abrió los ojos de sopetón, y negó sospechosamente rápido.- No, quiero caminar un rato.

Mentira, odiaba caminar en verano, pero para su desgracia era jueves y tenía que ir al campo de juego por el odioso de Jeon y su cochino fútbol.

Con frustración bien escondida se levantó del esponjoso material, yendo hacia la salida y siendo seguido por la mujer.

-¿Seguro? Hace mucho calor afuera.- Volvió a ofrecer, abriendo su botella de agua para tomar un poco del fresco líquido.

"No, ayuda"

-Sí.

Aerin aceptó, caminando a su computadora para agendar la próxima cita.

-Está bien, Tae. Nuestra próxima sesión será el viernes de la semana que viene.

Taehyung afirmó, despidiéndose brevemente de Aerin cuando salió del consultorio.

Los Calienta bancas ▪Kookv▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora