1. La paternidad es difícil

842 41 3
                                    

Todo comienza en la duodécima hora del primer día de octubre del año 1989, dónde cuarenta y cuatro mujeres de todo el mundo dieron a luz. Se preguntarán ¿Qué tiene de raro? Fácil, ninguna de ellas estaba embarazada al comienzo del día, excepto una.

Era una mujer de cabellera castaña dorada, había quedado embarazada meses atrás, gracias a su pareja, o eso es lo que ellos creen.

☂️

Una mañana tranquila...

—La cría no se calla, ya le ofrecí de todo —le mostró dinero a la bebé y esta siguió llorando—. pero no funciona

—Aguarda, Lucifer, así no es como funciona la paternidad —cargó a la bebé y la arrulló entre sus brazos tratando de calmarla.

—Los billetes funcionan más para los grandes —otra pequeña viviendo en esa casa estiró la mano hacia su padrastro para que le tocara algo de dinero.

—Ahora no, Trixie, no tengo que sobornarte porque no haces nada que me moleste

Trixie. La hermana mayor, tiene apenas diez años de edad. Es extrovertida, siempre viendo el lado positivo. Se preocupa mucho por su familia y acepta a la bebé, aunque no sea su hermana hermana.

—Guarden silencio, logré dormirla

—Ya era hora, momento de un respiro —abrió una botella de licor pero el mínimo sonido de la tapa despertó a la bebé y comenzó a llorar nuevamente

—No puede ser, Lucifer —seguía arrullando a la bebé.

—Me... llevo yo

Así eran todas las mañanas, tardes, noches, madrugadas, en realidad a todas horas era lo mismo. Una pequeña bebé que lloraba porque algo le estaba molestando pero ninguno de los padres sabía el por qué.

Lloraba con pocos descansos, pero así es la paternidad. Han dicho que se dedica el 99% a los niños y el 1% es para el padre.

Una mañana común y corriente...

—Apúrate, Trixie o llegarás tarde a la escuela —gritaba la madre desde la cocina

—¿Tengo que ir? Puedo quedarme y ayudarles con mi hermanita

—Por supuesto que no, tienes escuela y _____ es un poco...

—Chillona, muy chillona, no se calla y me desespera mucho, ya no aguanto

—Vamos, Trixie, el camión espera por ti

—Bien, adiós, mamá. Adiós, Lucifer —le dio un beso a su madre y un abrazo a Lucifer

La niña salió de la casa y abordó el autobús que la llevaba a la escuela, dentro de la casa, Lucifer estaba por darle un biberón a la bebé, cuando Chloe Decker se lo arrebató.

—Alto ahí, sé lo que planeas. —bien dicen que las madres lo saben todo.

—¿Hacer que la cría se calle? —dijo con obviedad

—¿Con alcohol? —dijo destapando el biberón y tomando un poco de su contenido

—Agh, ya no se me ocurre nada. La paternidad es difícil, muy difícil.

—Nadie dijo que fuera fácil, pero podemos con todo

—Es más fácil resolver homicidios a tratar de hacer que deje de llorar

—Shh, shh, shh —puso su dedo en la boca de Lucifer callándolo

—Ahora qué —se quitó el dedo de su pareja de la boca

La hija de Lucifer & TUADonde viven las historias. Descúbrelo ahora