—¿Mudarme? ¿Quiere que deje de pagar mi apartamento y alejarme de todo lo que he conocido?—Pregunto la chica por el teléfono mientras alzaba una ceja, aún haciendo abdominales en una máquina del gimnasio, mientras que, a cada final de abdominal, cuando levantaba su peso y encorvaba su espalda, lanzaba golpes hacia enfrente, justo como cualquier entrenamiento de boxeador o de kickboxer. El contrario hizo un sonido de afirmación a través de la línea. Mientras la joven ejercitaba tanto como podía, el hombre firmaba papeles de su compañía con apuro. No tenía tiempo para tantas cosas y eso era evidente, considerando que usualmente estaba ocupado, pero para Hikari era realmente agradable saber que su “mentor” le estaba dando tiempo a ella.
—Así es, la tutoría será más fácil si entrena con una persona especializada, y como yo no tengo el suficiente tiempo usualmente para entrenar a dos personas, podrá entrenar con mi hijo en mis dias ocupados, y luego yo la ayudare a entrenar en mis días libres— Continuó el hombre, frotándose la sien y leyendo apresurado las pilas y pilas de papeles que se encontraban frente a él. La chica suspiró levemente cansada.
—¿No podemos simplemente hacer un horario para vernos en el parque o algo así?— La chica respiraba por la boca, un tanto cansada por el esfuerzo físico que hacía, las demás personas a su alrededor continuaban de manera calmada con sus vidas, ingenuos de que la chica al lado de ellos hablaba con el segundo mejor héroe del mundo. Era hilarante pensándolo de esa manera. Era hilarante saber que ella tenía la oportunidad de su vida entre sus dedos, pero era aterrador saber que podría dejarla ir. Era aterrador saber que podría arruinar una oportunidad como esa.
—Mi casa esta mucho mejor preparada para entrenamiento físico, señorita, además de que, después de que la prensa la conozca, no lograria tener una vida completamente normal— Continuó él. La chica se retiró de la máquina, secó su sudor con una de las toallas que había llevado, pensando un poco. No sabía si era correcto dejar de lado su apartamento, o si era siquiera ético el haber aceptado una oferta como esa cuando ni siquiera lo había discutido con el hombre del teléfono.
—Oh genial— Terminó la joven rodando los ojos. —Está bien. Me mudaré, pero yo no me encargaré de la mudanza y si violan mi privacidad o siento que algo no me gusta me iré tan rápido como entre. ¿Entiende?—
—Lo que usted diga, señorita— Dijo él hombre, seguramente rodando los ojos. Había que admitir que una chica de quince hablándole como si fuera su jefa era una cosa extraña. Era un soplo de aire fresco de todas esas personas lamiendo sus botas, pero al mismo tiempo era agradable saber que, quien sería su sucesora, tenía tanto respeto por sí misma y confianza. Esas dos cualidades eran realmente importantes para una figura pública, aún más cuando aspiraba a ser una heroína.
Iba a ser una gran heroína algun dia.
[...]
—Acepte el trato, señor.— Dijo la chica un tanto preocupada de la reacción del contrario, quien realmente había tomado esta acción como un golpe bajo, no le había preguntado por su consejo, ni siquiera había intentado decirle nada al respecto. Ella sabía el riesgo en el que se ponía, y, de cualquier manera, quiso aceptar un trato en él que su imagen se haría pública y comenzará a resaltar. R-02 resaltaria y eso no es bueno.
—¡¿Cómo que aceptaste el trato?!— Preguntó la voz con asombro mientras subía el volumen de su tono. La chica se encogió de hombros, aún un tanto preocupada, sabía que la persona detrás de la línea no se tomaría completamente bien una acción tan liberal. Siempre habían sido muy unidos, incluso cuando no lo conocía en persona, por esa misma razón el que ella haya tomado una decisión tan importante por su cuenta era una gran señal que no necesariamente era buena.
—Así es, no hay nada mejor que tenga que hacer, y considero que… La mejor manera de ocultarme, es finalmente estar en los reflectores, ¿no? Le aseguro que nunca pensarían que la loca de la televisión es el experimento R-02, ¿No? Además, procuraré usar solamente un Kosei, y como Enji tiene una gran dependencia de su imagen estaré bien protegida, ¿no?— Seguía preguntando ella, mostrando con claridad el hecho de que, aunque fuera perfecta, no era completamente incapaz de sentir inseguridad ante sus acciones alocadas.
—Pero... ¿mudarte con él?—Cuestionó. Ella entendía dicha preocupación, mudarse con un extraño tampoco estaba en sus planes, pero si quería continuar con esto debía de hacer las cosas que Enji recomendaba, y, es verdad, si comenzaba a tener la misma atención que Enji sería muy fácil encontrar el complejo de apartamentos en los que ella vivía, los cuales, aunque realmente seguros, no eran impenetrables.
—Me prometió dejarme su tarjeta de crédito, y mantener mi privacidad intacta. Además, tal vez la compañía me ayude. Es más fácil salir del lodo cuando alguien te extiende la mano para ayudarte, ¿cierto?— Dijo ella, a lo que, él rubio del otro lado de la línea alzó una ceja.
—¿Conexiones? ¿Te preocupas por las conexiones? R-02, ¿te preocupas por conexiones para este punto?— Preguntó el hombre un tanto molesto. La chica suspiro y se sentó llena de cansancio en su cama. Estaba preocupada y no lo negaría. No podía colgarse de una reputación la cual nadie más que ella y unos pocos debían de conocer. Simplemente seria tonto continuar con él teatro de ser invisible mientras que por atras muestra todas las pruebas que cualquier villano necesitaria para encontrarla.
—Tengo miedo, señor. Debo ser impresionante, atrevida y temeraria, pero no soy una máquina. Tengo miedo de que no logre entrar a la escuela que quiero… ¿Qué pasa si no califico para la Yuuei por mis propios métodos? ¿Qué pasaría? Enji es lo que me salvará si es que llega a suceder algo como eso.— Se excusó.
—¿De qué hablas? ¿La Yuuei? ¿No dijiste que querías ir a la escuela internacional de leyes?— Preguntó él.
—Eso es lo que usted quería. ¿Qué tiene de malo que quiera ser una heroína? ¿Qué está mal con querer intentarlo?— La chica se tiró hacia atrás, realmente cansada de seguir explicando qué era lo que quería a una persona que, no importa lo que le dijera, no la apoyaría.
—¡QUE NO DEBERÍAS, HIKARI! ¡NO DEBERÍAS DE HACERLO! ¡NO DEBERÍAS DE INTENTARLO! ¡NO DEBERÍAS DE PENSAR! ¡NO LO APRUEBO!—
—No me importa, quien quiera que seas. Si tanto odias la idea, párate delante mio y gritalo frente a mi cara, hasta entonces yo me guiaré por el trato que cerré con Enji. No sé quien eres, y aún así confío en ti, pero si no quieres verme feliz no hay nada más que discutir aquí.—
ESTÁS LEYENDO
Un Alma De Dragón-- Todoroki Shouto × Tú
FanfictionMuchos dicen que vivir en las sombras es su fantasía. Que vivir lejos de los ojos del mundo es una de las mejores cosas que puedes hacer, aún más considerando este mundo lleno de mal y villanos, en él que los héroes arriesgan su vida cada día de su...