¿Un villano se reforma? Muchas veces se lo había preguntado ya, y nunca tenía una respuesta. No, un villano no puede reformarse por cuenta propia, ¿cierto? Todos son unos sociópatas sin corazón los cuales te atacarán a la más mínima señal de debilidad. ¿Qué la diferenciaría a ella de todos ellos? No lo sabía, y siendo honestos, ni siquiera ella podía creer que los villanos son capaces de reformarse. Miro aquel número tatuado en la parte superior de su mano, y, después de pasar una mano por su nuca pesadamente y suspirar, simplemente dejó que sus ojos vagaran por la cocina. Hoy era un gran día, no había tiempo de pensar en cosas como esas. No podía permitirse distracciones estando tan cerca.
—Mira Hikari, ya no hay nada que temer, no estando tan cerca. Solo ve hasta allá, muéstrales que eres una heroína de verdad, sonríe a las cámaras, y luego lo hablas con él hombre del teléfono, muy simple— Murmuraba para sí misma mientras se hacía el desayuno más rápido y ligero de la vida. Sonrió felizmente ante él pensamiento de la voz al otro lado del teléfono sorprendida cuando le dijo que tal le fue en el exámen. Sonrió sabiendo que finalmente ella lograría obtener algo por sí misma. Finalmente lograría obtener lo que quería.
Antes de que se diera cuenta ya había terminado de comer, limpiado su plato, cepillado sus dientes, y había recorrido uno de los caminos más largos de la ciudad solamente para llegar hasta la academia. Las puertas imponentes se mantenían rígidas frente a ella y, con una sonrisa en sus labios, corrió hasta dentro como si de una niña pequeña en una dulcería se tratara. Hace tanto no sentía la euforia de algo nuevo dentro de su corazón. Hace tanto no sentía la felicidad de un nuevo día que ahora era tan extraño pero placentero que en cualquier momento su corazón podría salir de su pecho.
—Mas les vale que se cuiden, porque aquí viene Hikari (Nombre)— Murmuro debajo de su aliento.
El examen escrito había sido sencillo. No había logrado terminar de responder completamente, pero seguramente logrará obtener un ochenta, o algo similar, lo cual era una alivio, pero nadie quiere saber qué preguntas venían en el examen escrito, ya que esa no es la parte emocionante de esta historia, ¿o si? No, evidentemente no lo es.
Pasemos a la cereza del pastel. Puertas frente a ella, seguramente de acero, justo como las de aquella vez. Algunos estudiantes a sus lados, pero nadie realmente extraño. No habían muchos chicos de los cuales temer, o por lo menos no que pudiera ver. Un chico de cabellos cenizos que iba en su secundaria. Si, ese chico era de temer, o eso siempre tenía que pensar para que las cosas no se pusieran raras. Un chico con ojos heterocromáticos y una cicatriz en su rostro… Esos ojos, esos ojos eran justo como los de ella. Eran de distintos colores. Esa cicatriz… era como la que ella tenía. El, ese chico… No, no había nadie más como ella. Ella era la única que había escapado de la tragedia, simplemente estaba pensado demasiado en una coincidencia terriblemente específica.
Si, no había que perder la cabeza por un par de lindos ojos y un rostro bonito el cual se parecía a ella. Ella era la única. Siempre había sido la única, y... Seguramente nadie encontraría la fortaleza de venir a hacer algo tan arriesgado. Bueno, alguien que no sea ella. Ella no tenía nada más que perder, y todo lo que amaba se lo habían arrebatado. Si no fuera por esa pequeña niña siempre presente en su cabeza, ni siquiera hubiera sido capaz de salir del hospital. Si no fuera por esa pequeña heroína su días no hubieran sido capaz de obtener el sol. No todos eran tan fuertes como ella, pero tampoco todos eran tan culpables como ella.
¡No! No hay tiempo para enfocarse en lo que pasó. El examen estaba frente a sus narices y no podía perder la oportunidad solamente por hundirse en recuerdos, los cuales salieron de su mente en el momento en el que un sonido estruendoso y terriblemente repetitivo sonó por todo el lugar. Era la señal para correr hasta los enemigos.
Correr… Hace tanto no corría peligro, pero correr hacia él era realmente algo nuevo. No importa cuantas veces vaya a una pelea, siempre hay un sentimiento de adrenalina que comienza a recorrer sus venas y que hace que cada uno de sus sentidos sea embriagado con aquel sentimiento de emoción él cual prontamente inundaba su cabeza, y la hacía perder el control de sus acciones.
Control. ¿Hace cuánto había dejado de pensar en él control? No, eso era imposible. Cada día, todo el día pensaba en el autocontrol que alguien como ella tenía. Antes su vida tenía tantas aventuras, tenía tantas emociones juntas, no fue su culpa estar en el bando equivocado. ¡Eso fue todo lo que conocía! Pero el sentimiento de riesgo constante, eso era algo que se extrañaba. El miedo dentro de ella, el sentimiento de que en cualquier momento se congelara era una de las mejores sensaciones en su existencia.
Tal vez pueda ser considerada un tanto masoquista por esos pensamientos, pero nadie la culparía. Eso era ser un héroe después de todo, ¿no es así? Arriesgar tu vida y tu salud física por un mundo el cual te amara. Si, muchos lo hacían por dinero, fama, sentimientos de moralidad, ella lo hacía porque no había nada más que la hiciera sentir tan cercana a su heroína, y a un hogar roto y destrozado por la sed de poder de un hombre. Ella lo hacía porque necesitaba venganza. Ella lo hacía porque no existía la posibilidad de una vida tranquila para alguien como ella.
Ser una heroína era todo lo que necesitaba.
Seguramente para este punto las cosas sean un poco confusas, pero créanme, todo embonará en el lugar adecuado en algunos capítulos, solo sean pacientes, y acompáñenme durante esta historia donde verán a dos personas crecer y hacerse mejores.
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Un Alma De Dragón-- Todoroki Shouto × Tú
FanficMuchos dicen que vivir en las sombras es su fantasía. Que vivir lejos de los ojos del mundo es una de las mejores cosas que puedes hacer, aún más considerando este mundo lleno de mal y villanos, en él que los héroes arriesgan su vida cada día de su...