Capítulo 3

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El hombre miraba a la contraria atento. La chica sonreía tenuemente, y miraba sus manos como si estas fueran de oro. Sus labios se movieron, pero no fue capaz de escuchar lo que ella dijo, de cualquier manera, eso no importaba. ella era perfecta para el único puesto que su hijo no deseaba tener. Tenía esa sonrisa encantadora que llenaría los corazones de la prensa, seguramente sería una buena heredera. Amaba a su hijo, pero sabía que no había manera en la que se llevaran tan bien, y necesitaba alguien urgentemente para poder presentar como su legado. Además, tal vez le daría celos a su hijo, tal vez finalmente Shoto lograría ver que perdió su oportunidad y entonces volverá a intentar ser su heredero.

Era un buen plan, pero debía asegurarse de que la chica aceptara la propuesta, por lo que habían cosas que tenía que hacer, entre ellas, jalar algunos hilos para no dejarle otra opción.
[...]

—No uses tu kosei, no uses tu kosei— Se repetía la joven mientras, sonriente, acababa con algunos de los robots que pasaban frente a ella. Estaba realmente feliz. Hace tanto que no mostraba fuerza física, y hace tanto que no podía defenderse de peligro, que comenzaba a perder la cabeza, pero ahora, poder sentir la fuerza recorrer su cuerpo, y escuchar el increíble estruendo de las partes metálicas golpear contra el concreto era una sensación tan encantadora. Ese sonido estruendoso que viajaba con calma por el aire era una de las mejores cosas que podía presenciar. Ese sonido significaba que no era la debilucha que siempre aparentaba ser.

Poco le importó el robot de cero puntos. Habían más robots pequeños que nadie más había destrozado por comenzar a huir, lo cual le daba la oportunidad de continuar obteniendo puntos para el examen, sin preocuparse de otra persona quitándole sus presas. Además, estaba segura que sin usar sus habilidades no sería capaz ni de peinar al robot de cero puntos, porque no tiene pelo… No puedes peinar algo sin pelo. Dudo que los calvos se peinen... Como sea. Seguramente si que le hacía una abolladura, pero fuera de eso, no podría hacer ningún daño contundente o significante. Por ahora debía de apegarse a los robots pequeños. Las particularidades daban mucha ventaja, no usar una en momentos como estos era una tortura, pero aún no tenia proteccion, y los villanos podrian estar en cualquier lado.

[...]

La chica sacó su teléfono celular del bolsillo de su chaqueta, llamando felizmente al primer y único número en este.

—Ya termine el examen de la Yuuei, creo que me fue bien y para felicitarme a mi misma me compre un churro. El señor del carrito me dio otro extra por la misma razón.— Dijo la chica hablando con la boca llena, de una manera entusiasta. Disgustaba complacida aquella masa frita con canela y azúcar en su paladar. Era agradable saber que habian dias buenos en su agotador anonimato. Paso una de sus manos por su cabellera negra, intentado retirar algunos mechones que caían a su rostro. —Fue muy divertido ver a todos los chicos que corrían del robot de cero puntos, pero tampoco hice algo para intentar detenerle. Era gigante. Era tan grande como mi ego. Así de grande era.— Bromeo la chica. —Bueno, cuando tenga tiempo llame de vuelta, señor del teléfono.— Terminó la joven colgando la llamada. Era extraño, nunca antes él hombre había perdido una de sus llamadas, pero no lo culparía por nada. Ya se había preguntado muchas veces si la voz detrás de la pantalla de celular tenía siquiera una vida, y con esta vez que su llamada fue enviada al buzón pudo corroborar de que, en efecto, el hombre tiene cosas que hacer.

Después de terminar de comer el primer churro, la chica decidió comenzar a caminar de vuelta a casa, aún comiendo. Era bueno descansar, pero no tenía tiempo que desperdiciar. Si entraba a la escuela Yuuei tenía que tener buena condición, y debía de ser mejor de lo que es ahora. Tenía que mejorar, incluso cuando nadie se lo decía.

Mientras caminaba con tranquilidad en la acera, justo al lado del parque, un automóvil caro, con ventanas polarizadas, y los rines más brillantes que ha visto en su vida se detiene justo a su lado, bajando una de sus ventanas. Evidentemente, Hikari ve esto pensando en dos únicas posibilidades: O intentarán darle un levantón, o es un pervertido, y en cualquiera de las no está dispuesta.

—Señorita,—Comenzó la voz gruesa desde el automóvil. —Mi nombre es Enji Todoroki, me parece que deberíamos de hablar.—Continuó él. La contraria simplemente siguió con su camino mientras comía felizmente. No estaba de humor para las cosas raras que podrían pasar si aceptaba hablar con un completo extraño, y mucho menos de un automóvil que se veía del todo sospechoso.

—No debe preocuparse por su seguridad, señorita. Trabajo como héroe profesional en una agencia reconocida mundialmente. Tal vez ya ha escuchado mi nombre. Soy Endeavor, el héroe de llamas.—Dijo él. Había tanto orgullo en sus palabras, tanta confianza que le resultaría a cualquier otra persona abrumadora. Sería increíble tener más conexiones dentro del sistema, pero por ahora se encontraba tranquila. 

—¿Y debería de confiar en usted porque es un héroe? Es un buen chiste. ¿Churro?— Preguntó la joven después de darle otra mordida a esa masa frita, para luego extender el postre al contrario. Evidentemente esto lo hacía de manera sarcástica, esperando a que el hombre entendiera que no estaba interesada, pero en lugar de que él contrario entendiera que estaba declinando su oferta, esté bajo del automóvil y se paró imponentemente frente a la chica. (Nombre) alzó una ceja un tanto burlona. Si estaba intentando hacerla sentirse amenazada, estaba fallando rotundamente. De cualquier manera, sus mandamientos decían que debía ser débil e imperfecta, y una persona débil e imperfecta, con tan solo ver al segundo héroe más reconocido del mundo, aceptaría hablar con él. 

—Necesitamos discutir.— Volvió a repetir. La joven, intentando contener la risa, asintió lentamente, mientras hacía que sus piernas temblaran a voluntad. Tenía que estar nerviosa.  Por otro lado, nuestra querida protagonista no pudo dejar de pensar, acerca de cuál de los dos mandamientos debería de ignorar.

Un Alma De Dragón-- Todoroki Shouto × TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora