INCONDICIONAL

INCONDICIONAL. El camino II.

Al día siguiente en casa de los Lehnsherr-Xavier, el ambiente era festivo, pero a la vez seguían preocupados por la salud de Deuce. Erik había llamado dos veces a la veterinaria y en cada llamada le aseguraban que el perro estaba estable y recuperándose de modo favorable.

El timbre sonó y detrás de la puerta unos muy emocionados abuelos Xavier esperaban a entrar, Erik los recibió y abrazó de modo efusivo a su suegro, y besó doble vez a su suegra,

-Hijo que guapo te ves, - dijo la mujer de cabello canoso,

-Gracias Sharon,

-Te van muy bien los anteojos, - él le sonrió,

-Me gustaría decir que son por moda, pero en realidad los necesitó para poder ver de cerca y a distancia, - Erik los acomodó en el puente de su nariz sonriendo a sus suegros.

Brian preguntó interesando por el perro de Matthew, y su yerno le contó el suceso de la noche anterior. Ambos señores sabían que su nieto se encontraría devastado por lo sucedido a su amigo y perro guía.

Charles apareció por el corredor caminando apoyado del andador, daba pasos cortos e inseguros, Erik fue a su encuentro,

-¿Todo bien, mi amor?, - Charles negó sonriéndole,

-Son los zapatos, amor. Son incómodos y me lastiman,

-Traeré el par de botines nuevos, - Charles asintió. Ellos ya no eran unos jovencitos, pero aun así Erik lo cargó y lo llevó hasta la sala en dónde esperaban sus suegros, él desde los brazos de su esposo saludos a sus padres,

-Mamá, Papá, hola,

-Hola, hijo, - ya sentado en el sillón frente a ellos, les sonrió de nuevo acomodándose el cabello tras de la oreja,

-Son mis pies, - dijo de modo escueto tratando de sonreír y ambos asintieron.

Vieron volver a su yerno con un par de botines que a simple vista parecían suaves y cómodos. Erik se agachó en cuclillas para desabrochar la agujetas de los zapatos de Charles, darle un leve masaje en los dedos y los tobillos para poner sus nuevos botines de cierre que se abrían por la parte frontal y que fueron especialmente diseñados para sus pies. Sharon y Brian veían aquella escena complacidos, su hijo y su esposo se habían conocido desde que ellos eran tan jóvenes y habían quedado prendados el uno del otro y ahora tenían casi veinte años de matrimonio, y parecían igual de enamorados y comprometidos el uno con el otro.

Charles se puso de pie tomado del andador y fue hasta sus padres, Brian se levantó para abrazar a su hijo,

-Te vez tan guapo, Charles, - este le sonrió a su padre, -Nunca pensé verte con barba y con el cabello tan largo, - Charles sonrió más y se tocó el mentón,

-A Erik le gusta, papá,

-Te vez increíble, hijo, - dijo Sharon para después besarle la frente,

-Gracias mamá, - Erik detrás contemplaba la escena con los brazos cruzados y sonriendo,

-¿Y en dónde está mi guapo nieto?, - dijo Sharon y Erik salió de su trance,

-Iré por Matt, debe estar listo para irnos, - Charles avanzó hacía la cocina dando pasos cortos y lentos,

-Mamá, Papá, ¿Puedo ofrecerles algo de beber?, - Sharon sonrió,

-Un té, hijo,

-¿Y tu papá?,

-Un whisky, - Charles avanzó con más confianza a la cocina pero igual a pasos bien calculados, y le pidió a la señorita de servicio llevar las bebidas a sus padres.