Capítulo 11

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"Quise intentarlo, quise ser suficiente; pero entre más me esforzaba más perdía mi escencia"

[...]

El clima era frío, muy frío para su gusto. Ajustándose la chaqueta y con una bolsa de galletas la cual apretaba fuertemente en su mano derecha;se adentró en aquella residencia.

Miró detalladamente a los escoltas que estaban obligados a cuidar cada milímetro del lugar, por más tiempo que pasaba aún no se acostumbraba.

Exhalando una gran bocanada de aire se acercó a uno de ellos, a pasos lentos pero firmes. El hombre lo vio y automáticamente le dio una reverencia limpia y educada — Jefe Hinata.. - saludó de manera Cortés -

El omega le devolvió el saludo con un movimiento de cabeza y una pequeña sonrisa — ¿Kageyama está dormido ya? - preguntó, aunque posiblemente ya sabía la respuesta -

Con un movimiento suave, el escolta negó con la cabeza — Está en su oficina, ha estado allí desde que usted abandonó la mansión. El jefe ordenó específicamente que nadie podía entrar.. —

Lanzado un suspiro pesado asintió agradeciendo al hombre por la información, no le sorprendía mucho realmente.. Kageyama tenía la mala costumbre de ponerse a trabajar de más cuando hacía algo mal;decía que lo ayudaba a pensar y organizar sus ideas.

Realmente ellos dos muy pocas veces habían tenido discusiones desde que iniciaron su relación, y las pocas que tenían eran por idioteces,nada realmente grave.

Parándose al frente de aquella puerta escuchó el ruido de unos papeles caer al suelo, seguido de varias maldiciones e insultos por lo bajo. El alfa jamás fue bueno para los papeles o documentos importantes, ese, generalmente era el trabajo de Hinata.

Reprimió una pequeña risa mientras seguía oyendo a su alfa refunfuñando y diciendo cosas que para ese punto, no eran para nada entendibles.

Tomado valor guío su mano y la puso sobre la perilla, relamió sus labios resecos mientras la giraba lentamente, ¿acaso estaba bien lo que estaba haciendo?

Kenma le aseguró que debía arreglar el problema con Kageyama, afirmando que se pusiera en sus zapatos por aunque sea unos minutos. No justificaba para nada lo que dijo, estaba de acuerdo en que no debió decirle eso sobre el bebé que estaba esperando Hinata;pero también estaba seguro que todo tenía una explicación.

Así fuera una tan idiota como ellos dos.

Cuando la puerta fue abierta, había un alfa a punto de gruñir a la persona que había entrado de tal manera a su oficina, sin tocar y desobedeciendo su orden de que absolutamente nadie podía entrar.

Viendo fijamente al pequeño omega sin decir una palabra, parecía que estaba frente a un fantasma.

En cambio, Hinata estaba al borde de un colapso nervioso por una simple razón:

Habían papeles, documentos, sobres, hojas, carpetas.. Todo tirado en cualquier parte del suelo.

Era un completo desastre, y el lado oficinista de Hinata estaba aturdido.

— Tengo la leve sensación de que hay muchos papeles ligados - habló el omega con una mueca en la cara - esos documentos son los de los cuadros y están junto a los de zafiro.. ¿Qué estás haciendo, Kageyama? —

El alfa no apartó la mirada de él — Estaba ordenando - miró a su alrededor - o eso intentaba.. —

— Esos papeles ya estaban en orden, ¿se te olvidó quién es la persona que los organiza? - por supuesto que era él, y estaba seguro que todo lo había dejado en su sitio -

Juguemos una partida (Haikyuu Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora