—Bueno...esta es mi casa.
—Esta bien, entonces, ¿nos vemos mañana?
—Claro—Ya estaba cerrando la puerta con timidez pero su cliché tuvo que ocurrir.
—¡E-espera!—Exclamó casi machucándose los dedos al interferir la clausura. Obviamente el menor abrió la puerta aprisa—Y-yo...¿recuerdas que lo te había dicho sobre que me quedé hasta tarde haciendo trabajo de mi club?
—¡Sí!
—Me metí al club de jardinería y durante estos días he estado cuidando muy bien los frutos, vegetales, flores y demás...—Comentaba mientras abría su bolso—Pero hubo algo en especial que me llamó la atención y...te las quería obsequiar porque me recordaban a ti—Sonrió avergonzado y reveló rápidamente un hermoso ramo de girasoles dando una reverencia.
—¡Son hermosos Kageyama!—Los recibió gustoso—Me alegra que pudieras acordarte de mi—Tomó la mano del contrario y la posó en su pecho—¡M-mi corazón esta muy contento!—Ambos se miraron con amor por unos segundos sintiendo la tierna conexión que estaban formando y luego procedieron a abrazarse. Pronto, el pelinegro rompió el silencio.
—Hinata—Mientras el mayor hablaba, el nombrado escondía su carita en el pecho de su mayor, dispuesto a escucharlo atentamente—Hace rato estabas hablando dormido y...escuché que necesitabas a alguien con quién hacer dúo de instrumentos musicales—Ya sabía por dónde iba la cosa—Así que pensé en invitarte a mi casa este fin de semana.
—¿Enserio?—Sus ojos brillaban de felicidad—¿Tú también quieres descubrir qué pasaría si el piano y el violín se unieran?
—Sí. Además, ¿con qué mejor persona si estás tú?
—¡Gracias Kageyama! Sin duda iré-Y se separaron.
—Bien. Te paso a recoger este domingo a las tres de la tarde ¿está bien?—El menor asintió como respuesta—Nos vemos mañana entonces—Y plantó un tímido beso en la mejilla rosita de Hinata.
Shoyo sentía que su corazón iba a explotar. Estaba experimentando todo tipo de emociones el día de hoy y sentía que su interior ya no podía más. Su mente estaba hecha un desastre ¿Cómo era posible que había pasado toda la tarde con su rival? ¿Cómo era posible que había dicho y hecho cosas tan cursis? Kenma lo iba a matar si se enteraba.
Entonces fue al baño a echarse agua en la cara para despertar de una vez por todas. Al mirarse en el pequeño espejo se dio cuenta que su cara estaba completamente roja y su estómago andaba de fiesta...¿pero por qué pasaba esto? No estaba en una situación de nervios, ya estaba en casa. Confundido dedujo que se había enfermado y que había pescado un resfriado por dormir en el frío césped.
Lo que no sabía el pequeño Hinata es que esa pequeña ''enfermedad'' es a lo que llamamos ''Amor''.
Decidió despejar su mente tomando jugo de naranja pero cuando fue a la cocina, ahí estaba su madre. ¿No se suponía que iba a trabajar hasta tarde?
—¿Mam-
—¿Quién era ése chico?—Lucía realmente furiosa—¿Vas a salir con él ahora?
—Mamá te juro que no es así...
—Como sea. En este momento no me interesa con quién te beses pero...¿y esto?—Tenía el papel sobre su citatorio de mañana—¿Por qué no me dijiste Shoyo?
—E-es que no quería que te enfadaras conmigo...
—Qué decepción Shoyo—La expresión que cargaba en su rostro ahora era deprimente—Ve a hacer los deberes—Contestó fría—Ah, por si te preguntas por qué estoy aquí, la razón es que a Natsu tenía dolor de estómago—Y entonces confirmó lo dicho al escuchar a su hermana vomitar.
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♫Blueberry Eyes♫ (Kagehina)𝕰𝖓 𝖊𝖒𝖎𝖘𝖎ó𝖓✎
RomanceHinata Shoyo. Sí, aquél idiota prendado por el volleyball. Últimamente su vida se ha estado volviendo una mierda desde que entró a aquella preparatoria ''Karasuno'', pues ya no era lo mismo que en la primaria o la secundaria. Pensaba que las persona...