MI QUERIDO ALPHA ⋆.˚ 𝐓𝐎𝐌𝐀𝐑𝐑𝐘

30.5

(Tom Marvolo Riddle)

Harry me toma de mí cadera. Es un acto muy lindo de su parte, pero soy tan idiota que no me atrevo cometer otra tontería que pueda empeorar aquello.

—"Alejarte de Harry y desaparecer de su vida"—. Esas palabras me llegan a la mente y me obligan a apartarme de Harry. Hecho eso, continúo caminando con un nudo atrapado en la garganta...

Flashback parte II

Me llevo una mano a la frente.

—¿Y qué piensa hacer señor Riddle? —me cuestiona el profesor Snape con su típica voz.

—Sí nos hubiese escuchado, no estaría en esta desprovista situación. —me dice la profesora McGonagall.

—Me temo que los reproches innecesarios, no son lo adecuado, profesora. —dice el director Dumbledore— Debemos ayudar a nuestros estudiantes.

Maldigo en bajo. Sí tan sólo no me hubiese dejado dominar por el adictivo aroma a cereza que desprendió Harry la noche del baile de navidad, tal vez si, las cosas seguirían normales, pero entonces ¿Por qué me siento feliz de que Harry tendrá un cachorrito que es mío?

—¡No permitiré que el ministerio le ponga una mano encima a mí bebé y a Harry! —grito dejándome llevar por mis impulsos.

Los tres profesores me miran perplejos, supongo que les sorprende que un estudiante serio y reservado como yo, se revele contra magos superiores.

—No te preocupes Tom, nosotros tampoco estamos a favor de que el ministerio se oponga a qué dos simples jóvenes críen a su cachorro. —dice el profesor Dumbledore y la profesora McGonagall sonríe asintiendo.

—Yo sólo haré lo que usted me pida. —dice el profesor Snape hacia el director.

—Muy bien, ahora que todos estamos de acuerdo... —sonríe el director Dumbledore y luego posa su mirada hacia mí— Tom, tendrás que hacer lo que yo te diga y esta vez escucharás sin quebrantar una regla más, ¿Entendido?

Asiento. —Si señor.

—Lo primero que harás será, alejarte de Harry y desaparecer de su vida.

—¿Qué? ¡Pero señor!

—Sin objeciones Tom. Tendrás que despedirte de Harry, de ese modo podremos ayudarlos. Sé que te será difícil, pero es lo mejor...

Más tarde me siento de vuelta en la biblioteca.

Tengo una pluma blanca y tinta dentro de un frasco mientras miro la hoja dónde hace un rato pensaba en escribir una carta que dejé a medias.

Mis lágrimas brotan como dos cristales de mis ojos por primera vez, jamás había llorado de dolor. Siento que por dentro mí pecho arde en llamas.

Me enamoré de Harry, pero...

"Querido Harry... —leo lo que escribí.

Tendré que dejarte ir.