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Me encuentro leyendo un libro sobre hechizos muy interesante.

Paso la página y continuó leyendo. Desvió un momento la vista del libro ahora observando a un Ron dormido sobre su libro. Me río a tal escena, pero mi sonrisa se borra cuando miró que detrás de él un chico yace leyendo un libro de magia más avanzada.

De pronto me viene a la mente un recuerdo de aquel muchacho, quien me había empujado mi hombro hace una semana.  Veo con detenimiento el color de su cabello, luego miré a sus ojos serios de color cuál carmesí; todo su rostro es como el príncipe encantador de blanca nieves. —¿Cómo puede existir alguien tan perfecto?—.

Él es más alto que yo, y juzgando por su apariencia diría que es un alfa.

Una vez me platico la madre de Ron que cuando llegue a cierta edad, yo podría correr peligro bajo el acecho de un alfa, pues soy un omega. Me hubiese encantado ser siquiera un beta, de ese modo no me preocuparía cuando llegue el momento de soltar mis feromonas a omega.

Quisiera preguntarle a ese azabache su nombre.

No tengo idea sí es por mi instinto que quiero hablarle a aquel Slytherin, digo, ¿Podré llevarme bien con él apesar de ser de la casa de magos malvados?

No lo sé, pero bastará con intentarlo.

—¡OH, NO! —pense gritando internamente. Sus ojos chocan con los míos. Comencé a darle vueltas a mi cabeza sí él ya se había dado cuenta, que lo llevo mirando unos cuantos minutos.

Rápido desvió la mirada. —Fiu~...—.

Siento mis mejillas enrojecer. Mis ojos nuevamente se dirigen a la lectura. Me trató de concentrar en mi libro, pero no lo obtengo. ¿Qué debería hacer para calmarme?



MI QUERIDO ALPHA  ⋆.˚  𝐓𝐎𝐌𝐀𝐑𝐑𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora