—... eso es todo lo que sé. Por favor, guarden el secreto el tiempo suficiente para que pueda investigar más sobre el tema. Suficientes problemas he causado ya, no deseo agregar otro más a la lista.
Con el primer rayo de sol asomándose a lo lejos en el horizonte, la explicación de lo que soy terminó de ser dicha a Shū–san y Subaru–san.
Fue agobiante por las horas sentada, explicando y repitiendo palabra por palabra lo que horas atrás oniisan dijo sobre mi. Pero debo admitir que, ahora que todo a terminado, me siento un poco mejor. No es un alivio instantáneo, pero pudo ser peor.
Yo misma soy consciente de los huecos en la historia, lo mal que suena la posibilidad de ser parte de un legado tan antigüo y que nunca antes dió pistas de existir. Casi parece que nosotros, los guerreros dragón, nos perdimos en la historia. Con el creciente descubrimiento de la existencia de los vampiros, bueno, uno pensaría que también hay otras cosas allá afuera. Ya saben: hombres lobo, fantasmas y sus derivados pero, la mera idea de imaginar un dragón caminando entre los humanos es descabellada.
Aun dudo, pero no desconfío de la información que Akatsuki–sama y oniisan compartieron.
Solo... es difícil de asimilar.
— Pruébalo. —bajé del tren de pensamientos al escuchar la voz de Subaru–san.
A diferencia del silencio común protagonizado por Shū–san, la seriedad emitida por el Sakamaki menor es un poco incómoda.
Ahora con el pedido, más como una orden, no mejora el asunto.
— Es inútil preguntar pero, ¿Qué exactamente quiere que pruebe?
— Mencionaste la "habilidad única" de tu dragón. —asentí. — Pruébalo.
—... Subaru–san, aunque no estoy en contra de probar la verdad de mis palabras, no... no estoy cómoda usando esa habilidad. —estoy segura que habla de la parálisis. — Confesé usar aquello en los trillizos bajo defensa propia y recuerdo que también admití la culpa después del acto. Así que, por favor, no quiero demostrar esa habilidad.
Nunca sentí incomodidad al paralizar a alguien más, sea defensa propia o por capricho. Es natural, se siente natural. Es mi naturaleza. Aprendí a desactivar la mortalidad de mis ojos y no siento vergüenza de los errores que cometí durante el camino de prueba y error. Hubo un tiempo que usé pañoletas para esconder los ojos y luego gafas de sol en la primaria, en cada uno de esos momentos no sentí miedo del poder que reside en mis ojos y quizá nunca lo sentiré porque es mío y se muy bien qué hacer con el.
Pero... no puedo explicarlo. Paralizar primero a Ayato–san y después a Kanato–san no fue la gran cosa. Si, siento un poco de culpa pero tenía que hacerse. En aquel entonces tenía días de conocer a los hermanos, sentí culpa porque los ataqué, en defensa propia claro, pero aun así aceptaron mi presencia en la mansión siendo obviamente indeseada. Luego ocurrió el desastre con Laito–san, no me arrepiento de la decisión, ya me disculpé por ello, pero lo volvería hacer de ser necesario.
Entonces... ¿Entonces por qué no quiero paralizar ni a Shū–san o Subaru–san? Se que es una demostración, lo piden, son conscientes de lo que voy hacer, pero aún así... no quiero.
— Yo, no quiero. —confesé. — A ninguno de los dos, no quiero paralizar... a ninguno de los dos.
Estuve a punto de proponer usar a alguien más durante la demostración, pero callé a tiempo.
Está siendo difícil controlar este salvaje lado mío. La próxima vez que vea a Umiko–chan le preguntaré si es normal tener deseos tan salvajes.
— De acuerdo. —odio reaccionar mansamente ante la voz de Shū–san. — Lo intentaremos después.
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Look at Me || Akatsuki No Yona + Diabolik Lovers
FanfictionCuenta la leyenda que el origen del Reino de Kouka fue conseguido gracias al liderazgo del gran Dragón Rojo, aquel que bajó de los cielos y tomó la forma de un mundano, mostrando así el amor que sentía hacia los humanos. Con su flamante cabellera ro...