09: Amigos

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Observé mi reflejo en el espejo.

Las bolsas bajo mis ojos han desaparecido. O eso intento creer. El maquillaje me sienta de maravilla esta noche, oculta lo necesario y me hace ver como una chica normal, como la persona normal que nunca fui y nunca seré. Pasado, Presente y Futuro..., siempre seré Oshigiri el fenómeno Shiemi.

Siempre seré la loca de la iglesia que sobrevivió a la masacre más inexplicable ocurrida durante una graduación, la imitación barata de Carri, el demonio azul de la noche blanca, el fenómeno inútil que no debió sobrevivir, etc, etc.

No me lo explico.

¿Por qué yo que no hago daño a nadie es odiado, y las personas que odian sin justificación son queridas por todos? Permití que ese tipo de personas me golpeen y denigren, al punto que fue difícil contener mi hambre insaciable. Perdí la razón y me dejé llevar. Devolví todo el dolor que ellos me dieron, cada burla, cada golpe, disfruté cada acto de violencia al punto que dejé salir la bestia en mi interior.

Tenía tanta hambre...

Después de la siesta con los hermanos Sakamaki y la disculpa en ambos lados, ignorando a Komori Yui, mi apetito volvió a la normalidad. La paranoia sobre comida envenenada o podrida disminuyó, no al grado de desaparecer pero ya puedo comer en paz. Shū–san dijo que estoy baja en peso, así que procuro comer un poco más. Siempre estoy delgada, no por ejercicio o dietas, mi cuerpo es así porque mis raciones de comida solía dividirlas con las niñas del orfanato, como una especie de postre o premios que nacía de mi darles. Nunca me preocupé por mi salud y adecuado metabolismo, porque incluso antes de ser rescatada por la iglesia ya era... ya estaba desnutrida. Shū–san lo notó y...

De lo único que debo preocuparme es del insomnio, no deja de acosarme.

Pero ahora hay algo más molesto que el hambre y el insomnio.

¿Quién es el chico que veo en el espejo?

Es idéntico a mí. Literalmente. Cabello azul casi corte militar, ojos ámbar, pupila alargada, colmillos carmesí en las mejillas, piel de papel. Somos idénticos, o lo seríamos de no ser por el género, la vestimenta...

O que él esté muerto.

El chico en el espejo lo está, y yo también lo estaría de no ser por mis ojos.

¿Cuando te das un buen golpe en la cabeza, eres capaz de ver a los muertos...?

Esto no es una ilusión. Si muevo la cabeza a la derecha, él también lo hace. Lento pero lo hace. Si levanto una mano, él también lo hace. Comparamos el tamaño de nuestras manos, si son delicadas, tienen cicatrices o llenas de callos, y sorprendentemente son iguales. Si doy una vuelta, si cierro los ojos, si sonrío, todo, él también lo hace. Me imita a la perfección.

¿Terminé por volverme loca?

— ¿Quién eres? —pregunté.

Usé el tono de voz más bajo posible, de esta forma no llamaré la atención de los hermanos.

— ¿Eres real? ¿...por qué nos parecemos?

Sus labios no se movieron cuando yo lo hice, pero nunca dejó de mirarme.

Esos ojos tan idénticos a los míos... son más bonitos. Más vivos. Lo cual es irónico porque está muerto.

—... ¿Eres uno de mis antepasados?

Dicen que si te miras fijamente al espejo por un largo periodo de tiempo, verás poco a poco los rostros de todas tus vidas pasadas pasar delante de ti en cámara lenta. Leí casos de algunas personas que guardan esas viejas memorias en sus nuevas vidas, costumbres, gustos, tendencias, habilidades, entre otras características que al principio podrían no ser propias de ti. Ver a los muertos en un espejo es por lejos lo más normal que me ha sucedido, al menos en mi caso. ¿Imaginan oír voces del más allá? Yo no lo soportaría.

Look at Me || Akatsuki No Yona + Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora