Look at Me || Akatsuki No Yona + Diabolik Lovers

01: Cabello azul

Hay quienes nacen siendo felices, por el simple hecho de recibir amor aún estado dentro del vientre materno.

...Y hay quienes aprenden por las malas que no eran requeridos en el mundo.

Yo soy una de ellas.

Desde que nací he tenido problemas con todo el mundo. De no haber sido por el padre de la iglesia, a mis diecisiete años de edad yo sería una ignorante del mundo y sus maravillas. Me aterra el solo hecho de que, quizás, pude haber terminado tan mal que ni siquiera sabría cómo diferencias un color del otro.

Por alguna razón, mis padres aborrecían mi existencia. Yo parecía ser invisible en nuestra casa, mis hermanos pequeños tenían prohibido mirarme y yo debía vivir encerrada en el sótano, sin recibir la luz del sol. Gracias a dios, cuando cumplí trece años, el padre de la iglesia me salvó.

Comencé a vivir con las personas de la iglesia después de ello, porque según las palabras despiadadas de mis padres ellos ya eran libres de criar a un monstruo. Dolió al principio, pero después le encontré el lado bueno. Al menos así ya no tendría que soportar humillaciones sin razón, ni tener que temer a la amable oscuridad.

La escuela... En realidad no me gusta tocar ese tema. Desde siempre los problemas han venido a mí, así que construí una barrera entre las personas y yo. Recibí bullying constantemente y no era precisamente por ser una persona sorda. Sí, tengo problemas de audición desde mi nacimiento. Mis antiguos compañeros de clase creían que tenía un trato con el director y él me permitía hacer lo que quisiera. No los culpo, también hubiera juzgado sin razón si yo no hubiera sido la víctima.

Es decir, mi cabello es azul. Literal, es azul. Ese es mi color natural, desde niña. Lo gracioso es que parte de mi bello corporal también lo es, en un tono más oscuro en algunas partes. De ahí la razón de que crean que hago lo que quiero, incluso uso gafas de sol negras en todas partes y poseo dos marcas de nacimiento que bien podrían ser tatuajes bajo mis ojos. ¡Parezco una busca problemas!

...Y hoy cumplo dieciocho. Es triste ver a la luna en su punto más alto, con las manecillas del reloj apuntando las doce de la noche y que las estrellas no estén presentes.

— Hija mía... ¿Qué haces despierta tan tarde? — bueno, quizás no estaba tan sola.

El padre Ryo había entrado en mi habitación, con dos de las cocineras cargando un pequeño bizcocho cada una, decorados con una vela encendida y glaseado de fresa. Solo pude sonreír para ellos y aceptar sus buenas intenciones.

Ellos nunca me juzgaron, creyeron en todas mis palabras y abrieron sus brazos para darme la protección que alguna vez debí recibir. Sople la vela bajo sus miradas curiosas y pedí como deseo que fueran recompensados por ser las personas más amables en el mundo.

— Gracias... Por todo.

— Dios sabe lo que hace, recuérdalo.

Sí...

Yo creí por completo en sus palabras.

Fui demasiado tonta.

...

Lo peor que podría pasarte el día de tu cumpleaños es enterarte que tu hogar, el lugar que te brindaba protección, iba a ser cerrado y posteriormente demolido por la sencilla razón de que era un estorbo para los planes de urbanización.

Mi alarma no alcanzó a sonar cuando el padre volvió a mi habitación y me dio la terrible noticia. Más que una iglesia, también servía como un orfanato. Había al menos quince niños más a parte de mí que no tenían un lugar a donde ir. Yo al menos ya era mayor de edad, pero muchos de ellos eran solo niños, el más grande tendría once, no iban a poder sobrevivir en las calles.