XLIV

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De nuevo un día fuera de casa, cada vez es más cansado, pero todo es necesario si quiero solucionar las cosas y poder regresar a casa con Derek a mi lado. Entre a la casa, deje mis llaves en el mueble que estaba aún lado de la puerta y me fui directo a la cocina, tome dos cervezas del refrigerador y un abre latas, no volvería a bajar por la otra así que por eso tome dos. Subí hasta mi cuarto y entre como si nada hubiera pasado.

-Bien al menos si llegaste!.- Hablé al entrar a la habitación y encender la luz.

-Espera!, Cómo supiste que estaba aquí?.- Pregunto Derek sorprendido.

-Aunque no sea un hombre lobo, tengo desarrollados mis sentidos.- Le sonreí mientras abría una de las cervezas y se la entregaba. -Y además yo dejé la ventana abierta y cuando llegue estaba cerrada.- Me senté sobre la cama.

-Olvido que eres muy analítico.- Me sonrió e hizo un gesto de salud con su cerveza desde la silla.

-Estoy cansado sabes!.- Dije sin pensarlo. -Cada vez me cuesta más despertarme y lidiar con todo esto.- Le di un gran trago a la cerveza.

Derek se paro de su lugar y se sentó a mi lado, puso su cerveza aún lado y simplemente me abrazo, no dijo nada, solamente dejo que el calor de su cuerpo me rodeará, justo lo que necesitaba, tenerlo a mi lado. Deje caer mi cabeza sobre su pecho y eso fue aún más acogedor, sentir su respiración y el latido de su corazón, todo era tan familiar y acogedor que fue como si el tiempo se detuviera a nuestro alrededor, como si todo aquel peso que tenía sobre mis hombros desapareciera y solo quedáramos los dos. Derek apoyo su cabeza sobre la mía.

-No importa cuanto tengamos que pasar, siempre estaré aquí para ti.- Y fue como si sus palabras me hicieran respirar de nuevo. -Te amo Stiles!.- termino de decir.

Estaba tan agotado que no me di cuenta cuando me había quedado dormido, pero al despertar a media noche y estar rodeado por Derek me hizo sentir seguro. Aunque sabía que era peligroso que se quedará, no me importo. Yo lo necesitaba a mi lado y no lo dejaría ir.

Desperté cuando mi papá me llamo a desayunar, y al hacerlo pude sentir el vacío que Derek había dejado en algún momento de la noche.

Huyendo de todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora