La dignidad es la cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia si mismo y hacia los demás.
La familia Anderson jamás fue el mejor ejemplo de una familia estable.
El padre estaba metido en...
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Conseguir un buen trabajo en la ciudad no era tan sencillo como algunos lo hacían ver. No todos te dejaban buen ingreso que te permitían tener un buen apartamento y nivel económico para vivir. La mayoría apenas y te permitía tener un departamento en edificios con una seguridad nula y comprar poca comida.
Eso Hollis lo aprendió cuando consiguió un trabajo de camarera junto con MJ, que últimamente se había convertido en una gran amiga.
Claro que Hollis fue ayudada por su abuela a pagar la renta de un lugar decente. Y aunque Mercy quería ayudarla en más cosas ella no lo quiso.
Otro asunto nuevo en la vida de la ojiazul era la extraña relación que formaba con Harry, que últimamente la llevaba a todos lados con él y la presentaba como la mejor persona que a su vida había llegado. Y ella no entendía porqué lo hacía. Además que lo que también la asombraba era no verlo con Peter, pues ellos dos eran uña y mugre en la escuela.
No sabía porque esas extrañas cosas pasaban. Aunque ella siguió con su vida como siempre.
Claro que el estrés del trabajo había regresado a ella un viejo habito que había dejado desde que se mudó con su abuela. Pero a ella le era inevitable no hacerlo, en cierta forma el exhalar el humo de su cigarro la ayudaba a relajarse. Aunque bien sabía que eso la afectaría en su futuro.
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Esa vez se tuvo que despertar más temprano de lo normal, le tocaba abrir el restaurante a ella sola y limpiar las mesas que el flojo de su jefe de seguro no había limpiado anoche que se quedó.
Amarró su cabello en una coleta y luego en un chongo para después colocarse el vestido color salmón y un suéter grande que cubriera todo su vestido. Harry le había rogado por que no permitiera que nadie supiera dónde trabaja.
Ella no le veía nada malo; aceptó solamente para que no pensaran cosas de las cuales Harry no le quiso advertir.
El restaurante siempre olía a tocino. Y eso es algo que odiaba porque significa que no lavaban los trastes diario para servir la comida a las personas que iban. Hollis se dijo a sí misma que jamás comería o desayunaría en aquel lugar.
