Capítulo 4 Astoria entra en escena

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Recapitulemos: ahí estaba yo, en la cuarta planta del ministerio, en un minúsculo escritorio lleno de papeles bien ordenados, dentro de un minúsculo cubículo, hasta el fondo del pasillo del Departamento de regulación y control de criaturas mágicas, trabajando en la división de bestias. Pensando en cómo podría llamar la atención del Wizengamot para mi nuevo proyecto, mejorar las leyes de protección y empleo a los hombres lobo. Ya tenía la idea, solo faltaba hablarla con alguien y que éste mostrará su interés para lograr el apoyo en dicho proyecto. Cuando recibí la visita menos esperada de todos los tiempos.

-La famosísima Hermione Granger- Fue lo que dijo al entrar a mi cubículo aquella rubia despampanante con sus tacones de aguja de 15 centímetros de altura.

-¿Greengrass... Puedo ayudarte en algo?- dije levantándome de mi silla de escritorio. Tal vez se perdió la mujer y necesita ayuda para encontrar, lo que sea que esté buscando.

- Astoria Grengrass-. Dijo sonriendo y volteando a ver mi pequeñísimo despacho con ojo crítico. -En realidad es contigo con quien quería hablar.

Creo que vio la duda en mi cara, por lo que dio un paso más adentrándose completamente a mi despacho, (no es que tuviera que avanzar demasiado, en 4 pasos llegaba a mi escritorio) y sentándose en el asiento frente a mí.

-Verás, se de buena fuente que necesitas un inversionista que apoye tu nuevo proyecto, y si me permites, puedo ayudarte en eso, es más yo sé quién puede invertir en el.

-¿Es enserio?- Quizá me emocioné de más pero bueno, al fin veía la luz al final del camino y mis esfuerzos dando frutos.

-Enserio- Se mostró feliz y mostró algo de emoción conmigo. -Yo podría decirle a mi papá y él con tal de ver feliz a su pequeña, haría lo que le pido y más si tiene que ver con acciones altruistas en la comunidad mágica.

Entrecerré mis ojos y coloqué mi dedo índice en mi barbilla. – ¿Y tú que ganarías Greengrass?

-Llámame Astoria, verás...- comenzó cruzando las piernas, acomodándose mejor en la mullida silla. -Sé por mi hermana Daphne, a quien le contó su amiga Tracy, que Pansy le dijo cómo se enteró que su novio era un infiel. Y dijo que recibió ayuda de Hermione Granger ¿Quién lo diría? Pansy Parkinson recibiendo ayuda de su archienemiga de casa y escuela-. Terminó cruzando los brazos, levantando una ceja con una media sonrisa.

Lo sabía por algo Astoria Greengrass había estado en slytherin, toda una serpiente. Suspire, ¿qué más podía hacer en esta situación?

-Bueno al parecer ya varias personas conocen mi situación ¿En qué puedo ayudarte Astoria?

-¿Conoces a Draco Malfoy verdad?...

<<¡Maldición No!>>.

<<¡No, no, no... Draco Malfoy no!>> Cerré mis ojos con pesar y negué con la cabeza.

-Por favor Astoria, él no. Tú muy bien sabes cómo nos llevábamos en la escuela, si consideraste por un momento a Pansy como mi archienemiga, Malfoy vendría siendo como mi archi recontra némesis. No funcionará de ninguna manera-. Le aclaré cruzando mis brazos.

-Bueno, yo creí que de verdad necesitabas ayuda, piénsalo bien Granger ¿cuánto tiempo llevas metida en este...- hizo un gesto desdeñoso arrugando su nariz. -lindo cubículo. Yo te puedo ayudar, te puedo sacar de aquí, no solo tomarían en cuenta tu propuesta, aceptarían la ley misma que pretendas desarrollar y lo sabes. Saldrías de este lugar y tendrías un mejor salario ¿no es eso lo que quieres?

Baje mi cabeza en señal de derrota, me tenía en sus garras y lo sabía. Frote mis manos varias veces en mi cara para sacar la frustración creciente, tome una larga respiración.

Me llaman JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora