03; El lado amable

1.4K 163 137
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Cuando me desperté a la mañana siguiente, mi cuerpo se sentía como si alguien me hubiera pisoteado con su caballo varias veces. No estaba acostumbrada a entrenamientos y entrenamientos tan intensos y definitivamente no estaba esperando otro día más.

Pero cuando escuché a los otros natblidas levantarse para comenzar su día, incluida Lexa que se movía encima de mí, supe que tenía que levantarme y hacer lo mismo.

Después de un desayuno rápido, asegurándome de evitar a Eli y los demás, fui al campo de entrenamiento para otra mañana de tortura. Los otros natblidas entraron lentamente, alineándose a mi lado. Vi a Lexa, debatiendo si saludarla o no. Ella también debió haberme visto cuando se acercó a mí, parada a mi lado en la fila.

Antes de que pudiera decir algo, se inclinó un poco y dijo: "Roncas".

Exhalé por la nariz con vergüenza, sintiendo que mi cara se calentaba.

"Espero que todos hayan dormido bien". Comenzó Titus, ahorrándome la necesidad de dar una respuesta. "¡Estaremos peleando con espadas esta mañana!".

Escuché a algunos natblidas gemir de decepción mientras otros gruñían de aprobación. Mientras tanto, me tensé ante la idea de pelear con espadas con cualquiera de ellos.

"Se aplican las mismas reglas, como de costumbre". Anunció Clara al lado de Titus. Aunque, como para mi beneficio, aclaró: "No hay huesos rotos. Se permiten moretones y sangrado, pero nada que ponga en peligro la vida, por favor". Ella entrecerró los ojos a alguien y agregó: "Eso te incluye a ti, Eli".

Eli se rió entre dientes, pero no pude escuchar ninguna diversión en eso. Me alegré de no ser su socio.

"¡Adelante!". Clara concluyó, agitando una mano en el aire.

Con eso, todos corrieron hacia la pantalla para agarrar una espada, así que los seguí de mala gana. Me estaba acercando a las espadas que quedaban cuando casi me tropiezo con Eli chocando contra mí a propósito. Me miró, la espada brillando en su mano, antes de irse a entrenar. Me lamí los labios con nerviosismo y agarré una de las espadas.

"Vamos". Sonó la voz de Lexa a mi lado, y vi que me hacía señas para que la siguiera.

Las dos nos movimos a un espacio libre en la hierba y yo me paré frente a ella, mirándola ponerse en posición. Por mucho que apreciara a la ojiverde y lo (algo) amable que había sido conmigo hasta ahora, estaba empezando a adivinar que por la forma en que me estudiaba como un trozo de carne listo para ser masacrado.

Levanté mi espada y abrí un poco las piernas para mantener el equilibrio, tratando de poner en práctica todo lo que me habían enseñado con una espada. Sabía que no era exactamente terrible con uno como me habían enseñado desde que podía caminar, pero no era tan hábil como estos tipos. Especialmente Lexa, cuya expresión era tan concentrada como nunca la había visto.

Natblida (Lexa y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora