《Alive》▪︎Erwin Smith▪︎

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Pequeñas gotas de agua caían por la punta de sus cabellos, se encontraba envuelta en una toalla y mirando fijamente el espejo, su cara estaba roja de vergüenza y se encontraba debatiendo en si salir o no, tenía la ropa arriba de su cama y se encontraba encerrada en el baño hace ya diez minutos, no le daba la cara ni el coraje para salir y enfrentar al comandante, el la había visto completamente desnuda.

Tomo una bocanada de aire y abrió muy torpemente la puerta del baño, y ahí se encontraba aquel hombre, sentado en la cama con la mirada fija en un punto perdido. La joven se aclaró la garganta y hablo lo más tranquila y rápido que pudo.

Necesito que se vaya así me puedo cambiar tranquila.-pidió intentando contener su sonrojo.- Por favor, váyase.

El rubio alzó una ceja y observó de pies a cabeza a la joven. También lo sorprendió que luego de decirle que era un idiota ahora lo este tratando de "usted".

No tengo tiempo que perder, vístete que tengo que hablar contigo.-hablo calmado desinteresado en el pedido de la muchacha.-

Lo haría si no fuera que hay un degenerado en mi habitación.-bufo algo molesta mientras se acercaba a la cama, donde su ropa se encontraba doblada al lado de donde estaba sentado el mayor.-

Como sea, por cierto. Tienes muy lindos lunares.-dijo con un tono divertido mientras observaba como la joven se acercaba a él.-

La joven podía jurar que sentía morir, no podía creer el descaro y la tranquilidad con la que el hombre había soltado ese comentario, claramente la había visto desnuda y le había prestado mucha más atención de la que ella pensó.

¡Se tomó su tiempo de mirarme por lo que veo!-exclamó roja de cólera y de vergüenza, tomo la blusa que había doblada en la cama y comenzó a "pegarle" a Erwin, estaba enojada.-

Fue poco lo que duró ese enojo ya que la joven sintió como el nudo de la toalla que rodeaba su cuerpo la traicionó y sintió como se aflojó, llevo sus manos en un intento desesperado de agarra la toalla y no quedar desnuda, no frente a él. Dejo escapar un chillido al sentir como la toalla caía al suelo y Erwin la miraba con una sonrisa burlona, fue cuestión de segundos lo que tardó el comandante en escanear nuevamente su cuerpo.

¡Puede darse la vuelta al menos!-grito ya furiosa mientras se agachaba rápidamente a levantar la toalla e intentar torpemente cubrir su cuerpo, dándole la espalda al mayor.-

No es nada que no haya visto antes.-murmuró con la voz algo ronca observando la espalda desnuda de la joven y memorizando los lunares que tenía en la misma.-

Pues yo no estoy acostumbrada a que degenerados como usted me vean desnuda.-murmuro asegurando nuevamente el nudo de la toalla.-

O no estás acostumbrada a que nadie te vea desnuda.-susurró cerca de su oído generando un escalofrío en el cuerpo de la joven.-

Esa no es su incumbencia.-exclamó dándose la vuelta y dándole un empujón.- ¿Es costumbre ver desnudas a todas las mujeres que rescata?-dijo entre dientes tomando nuevamente la ropa.-

No, no todas me gustan.-sonrió inocentemente mientras cruzaba sus brazos.-

Deje de decir cosas sin sentido.-se quejó sintiendo nuevamente su rostro arder.- No estoy para sus juegos, señor comandante.-aclaró pasando por su lado, dispuesta a vestirse en el baño.-

Esta acción fue anulada por Erwin, quien la tomó del brazo y la pegó contra la pared, poniéndola a ella entre la pared y su cuerpo, sonrió al ver la diferencia de altura y tamaño que había entre los dos, ella se veía tan frágil y delicada.

Fayna abrió los ojos como platos al ver la acción que realizó su contrario, pensó en ese momento que se había vuelto loco, o era otro de sus estupidos juegos.