Cap 6 ♪

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“La periodista ebria”

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Desde pequeña he escuchado que los sueños se hacen realidad y he visto como padres se lo repiten a sus hijos para hacerlos soñar en grande, para llenarlos de esperanza y motivación. Mi padre era uno de esos, un gran soñador que no se marcaba límites y que nos heredaba poco a poco ése sueño de grandeza. Mi hermana era muy pequeña para aferrarse a él de la misma forma en que lo he hecho yo.

Lo estoy logrando, padre, voy sacarle todo a esta oportunidad.

Poco a poco desciendo por las escaleras de mármol tan limpias que podría utilizarlas de vajilla, el vestido rojo se refleja en el de manera impresionante. Todos me miran, el silencio hace eco en el recinto.

No olvido quién soy, pero mucho menos me desapego de quién deseo ser. Desde ahora y quizás para siempre me convertiré en una Jhonson.

Las enseñanzas de Laila siguen latentes en mi cabeza, metida entre mis cejas mientras las pongo en prácticas. Aunque por un momento simplemente me pierdo en la inmensidad del salón, la cantidad de invitados que me miran con curiosidad y otros con irritación, la docenas de camaras que suenan una y otra vez y mis pasos torpes bajando escalón tras escalón hasta llegar frente a Rhysand con una impecable sonrisa en mi rostro.

Su mirada es como un océano, capaz de ahogar a cualquiera y... ¿Por qué no? También mojar.

Se acerca, comiéndome con la mirada, con fuerza me toma de la cintura haciendo que mi dorso haga roce con el suyo. Se lame los labios y despliega una sonrisa al mismo tiempo que roza mi mejilla con uno de sus suaves dedos. Apenas se escucha un murmullo, todos están observando con prioridad el show. Nuestro show.

Mi corazón se encuentra desbocado, estoy nerviosa pero no puedo pensar en más nada que no sea su mano rodeando mi cintura y su mirara atravesando la mía.

—Casi te caes en ése último escalón, señorita Jhonson —dice de golpe, en un simple susurro que me deja sentir su cálido aliento. Entre abro mis labios para responder, pero él me interrumpe estampando su boca contra la mía. Debora mis labios con un hambre insaciable que despierta mi sensualidad y hace que ocurra un corto circuito dentro de mí. Yo le sigo el juego y rodeo suavemente su cuello con mis brazos.

Sí, esto es parte del show. No lo olvides, Lauren.

Por favor, Lauren, no lo olvides.

—Te aconsejo hacer silencio, si no vas a decir algo que ayude a tu actuación entonces es mejor que no pronuncies palabra alguna ¿Entendido? —dice, separándose de mis labios, con mi nariz pegada a la suya y la mirada clavada en mis ojos—. Te presentaré a parte de mi familia y a unas cuantas personas importantes en el país que regarán el chisme y te harán el titular más importante de mañana.

Lo miro en silencio por un segundo. En verdad había sido tan ignorante, no había pensado en eso, mi madre podría verme en el periódico ¡Rayos!

Me separo un poco de él con rapidez. Mi madre no puede enterarse de esta falsa.

—¿Pasa algo? —inquiere él, sin inmutarse.

—No, no pasa nada... Bueno sí, están pasando muchas cosas —balbuceo. Miro hacía mi alrededor en busca de mi supuesta madre—. ¿Y Laila?

—La señora García está haciendo de las suyas —contesta, dándome la ubicación de la actriz con su mirada. Se encuentra casi junto a la orquesta, con una copa de whisky en una de sus manos conversando amenamente con un señor cincuentón pero la verdad bastante guapo y refinado—. Creo que tu madre estará bastante ocupada por el resto de la noche. Sígueme.

Sígueme la corrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora